Cada vez que alguien me quiere insultar o calumniar por aquello de la cosa pública en la que me muevo (uno también tiene sus detractores y afortunado que me siento en tenerlos, pobre de mi si no existieran), sacan a la palestra que no soy periodista, que “soy de segunda, que me regalaron el carnet y la profesión, que...”. La envidia tan nuestra y tan española.
Lo he dicho muchas veces y no me importa volver a decirlo una vez mas. Con humildad y honestidad, pero no me importa repetirlo porque de esto me siento especialmente orgulloso y satisfecho: soy periodista de profesión.
Inicié mis pinitos en el mundo del periodismo en el “Área” allá por el principio de los años 80 del siglo pasado. Colaboré con Radio-Ser La Línea en aquellos tiempos y luego creamos en San Roque una radio libre en el año 1986 que dio paso a mi vida profesional en numerosos medios de comunicación de la zona en los que me volqué y me gané mis primeras nóminas con el sudor de mi frente y las miles de teclas que pulsé por aquellos tiempos de mi juventud. Redactor -jefe de la Cope, de “Área”, de la Televisión en San Roque, de... una trayectoria en la que -como decenas de compañeros en la comarca- intentábamos hacernos un hueco y mantener el sueldo de nuestra casa.
En 1990 junto a Javier Ronda como primer Presidente y un grupo de colegas como JuanJo Téllez, José Luís Tobalina, Ildefonso Sena, Cándido Romaguera, José María Yagüe, José Antonio Gómez Amado, Juan Manuel Dicenta y un montón mas de “compis” creamos la Asociación de la Prensa del Campo de Gibraltar que se integró en la FAPE, Federación de asociaciones profesionales de periodistas de España. No pudieron entrar entonces, lamentablemente, todos los compañeros que quisieron. Tuvimos que demostrar o bien los estudios universitarios o bien nuestra dedicación exclusiva a la profesión por años consecutivos y tuvimos que complementar un amplio expediente que nos dio paso a tener nuestro Número de Registro y por lo tanto la “facultad” para ejercer de “periodista” en el territorio nacional.
Ni la situación económica de mis padres, ni la situación de aquellos años de mi adolescencia me permitieron poder estudiar en Madrid, Salamanca o una incipiente Universidad en Sevilla. La de Málaga, ni existía. Me lo tuve que ganar a golpe de “tajo; de maquinas de escribir, ordenadores y micrófonos. Como tantos otros miles de colegas en todo el país. Y esto lo llevo con sincero y modesto orgullo.
Se que han sido muchos los periodistas de este país que decidieron un día dar el paso e inmiscuirse en la vida política, desde la libertad de cada uno. Y sé que también hemos sido muchos los perseguidos y atacados. Lo peor de todo es cuando el que ataca es de tu propio gremio. Pero yo olvido porque creo en la vida en libertad de cada uno.
Hoy tengo un inmerecido número “2”, con alta en FAPE desde 1990 y en el listado de los mas de 100 periodistas que hoy se integran en la Asociación de la Prensa del Campo de Gibraltar. La lista ha ido “corriendo”, después de que unos u otros se marcharan -de una u otra forma- como el caso de JuanJo Téllez, Eloisa Roldán, Pedro Alemas Richarte, Antonio Luís Rial, José Luís Tobalina o el propio Javier Ronda.
Soy uno mas del montón. Del montón de compañeros que ejercen su trabajo con dignidad, respeto y profesionalidad. Y volveré a estar al lado de todos ellos cuando así yo lo decida. O cuando mi pueblo me dé la oportunidad. El periodismo ha sido mi vida y lo volverá a ser.
Llevo algunos años en política y otros tantos dedicado al periodismo y no salgo de mi asombro. Dicen los carnavaleros de la capital que “Cai es la capitá del paro”. Y ya me lo tengo que empezar a creer.
