Yo no los quiero con grandes carreras ni dilatas profesiones. No me sirven los títulos, ni los trepas, los ídolos ni los caciques. Para Alcalde de mi pueblo quiero alguien que no sea un perfecto sin vergüenza. Que mire a la gente a la cara y a los ojos cuando le hablan, que no se esconda nunca. Que diga siempre la verdad por encima de todo y que no engañe al personal con puestos de trabajo, propinas y otras componendas.
Quiero para mi pueblo un Alcalde que no sea maleducado ni grosero, que tenga buenas palabras para todo el mundo y una sonrisa desde primeras horas de la mañana. Quiero a un primer munícipe que no compre el silencio de los sindicatos ni delegados con sueldos extras, pagas bobas o pluses envenenados. Quiero una primera autoridad local que sea sincero, que no utilice artimañas para subir en su partido sin importarle un pito su pueblo ni su gente. Quiero un Alcalde que no insulte al personal, cuando se ve "acorralado" por sus adversarios políticos, a cambio de críticas a las que no sabe responder. Que no pierda los nervios ante cualquier contratiempo, que no le tiemble la mano cuando tenga que actuar con honestidad.
Quiero a un vecino honrado sentado en el sillón de la Alcaldía. Que no utilice la venganza como plato combinado en una mesa, que no traicione a su propio alcalde y que no mienta mas que habla. Quiero un hombre o una mujer en la alcaldía con valentía y sin pudor, que no se doblegue a intereses bastardos y políticos de cualquier otro, que no se preste con cualquiera. Y que no sea déspota, prepotente, ni chulo.
Me gustaría que el bastón de mando de mi pueblo lo tuviera alguien que se vistiera por los pies y que tuviera buenas palabras y educación para todos. Que además de soluciones a los problemas cotidianos sus promesas las cumpla como gotas de oro. Quisiera tener un responsable de mi pueblo que no se una al mejor postor político, que no sea un canalla con sus propios compañeros, que se pueda poner la corbata cada día con la integridad del ser humano y que no se dejara llevar por cuatro malas lenguas que solo buscan su propio calvario. Y su muerte. Que se fie de los buenos profesionales y trabajadores y que supiera distinguir lo bueno de lo malo.
No se si todo eso esto es mucho pedir. En definitiva, me gustaría tener como alcalde a un ciudadano que fuera un perfecto Regidor. Puede que algún día lo consiga.