En este país de nuestros amores tenemos una polémica en cada esquina de las calles de nuestros pueblos y ciudades. Como está pasando en estos días en Sevilla, con todos los respetos.
Eso a pesar de que los respetos no los ha tenido la obra que ha hecho el genial artista Manuel Peña sobre la Navidad en Sevilla, merced a un encargo que le ha hecho la asociación de apoyo a tan tradicional fiesta del mes de diciembre. Un arcángel casi divino con una azucena en su mano y la giralda como icono de la ciudad hispalense es el encuadre de un puzle que gusta a los amantes del arte mayoritariamente y que ha marcado un hito en las expresiones artísticas en los encargos que cada año lleva a cabo este colectivo.
Y como siempre y porque eso va unido a la característica del ser humano, la polémica se suma a los insultos. Numerosos insultos que se desacreditan por si mismo y que no aportan nada mas que miserias a quienes desean utilizar el arte en la libertad que siempre se le supone.
Manuel Peña es un artista fantástico que lleva una dilatada trayectoria pese a su rabiosa juventud. Imágenes religiosas, artísticas de por si, hiperrealismo y un montón de cosas mas hablan de la decencia cultural de este artista que ahora, lo es mas.
Y lo es mas porque cuatro de mentes retorcidas se han empeñado, sencillamente, en hacerlo mucho mas famoso de lo que es ahora. Y de que sus cuadros se coticen mucho mas elevado en precios del mercado. Y me alegro, Peña. Me alegro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario