viernes, 3 de mayo de 2024

La Prensa Canalla ( y II)


        Hablábamos el otro día de esto de la prensa canalla y sus orígenes. Pero es verdad que prensa canalla hemos tenido desde que ésta existe, sin mas. Siempre han existido, también, como en todas las profesiones del mundo, quienes no han sabido cumplir con objetividad y equilibrio su trabajo. Por supuesto también hay quienes utilizan de manera bastarda y cuasi-corrupta su labor  profesional.

Un buen ejemplo de ello lo sufrí en mis propias manos cuando me tocó estar del otro lado, es decir fuera de la profesión y dentro de la vida pública. Un parque público, unos acuerdos transparentes, técnicos avalando todo el proceso, acuerdos públicos en Plenos y bueno para mi pueblo. Mientras, pura envidia en la oposición política de aquellos tiempos. Algunos de sus miembros supuraban odio hasta por la frente. Una filtración llena de rencores y dolor y un director de periódico que presumía de titulado que se dejó envenenar por la maldad. A él poco le hacía falta.

Así llegamos a estar imputado Ángel Gavino, teniente de Alcalde del PSOE en San Roque y yo mismo, junto a Luís Crespo, técnico intachable con 30 años de profesión y gran gestor. Un día si y al otro también durante meses titulares, mentiras y datos incorrectos, mientras desde su Mástil intoxicaba cada domingo a los lectores de su periódico con el beneplácito de los jefecillos gaditanos que, al final, acabaron cuestionándolo y lo largaron a varios cientos de kilómetros.

Con el paso del tiempo y los años -hay que tener paciencia en esto de la justicia en España- todo quedó en nada. Archivado por el propio Fiscal de la Audiencia por falta de pruebas e inexistencia de delito alguno. 

El tal Alberto Grimaldi, que su santa gloria goce en eso de las alturas de la prensa sevillana, jamás pidió disculpa, ni perdón, ni una reparación, ni una llamada de disculpas. El diario en cuestión ni tan siquiera llegó a publicar "la noticia" del archivo de la causa. Eso le hubiera supuesto reconocer sus mentiras, sus errores y su daño.

Pero mi familia si lloró, mis padres se fueron con la pena del dolor de aquellos asquerosos titulares que ponían en duda al mas pintao, mientras el tuvo una etapa al frente del diario que lo contrató que muchos cuestionaban por sus apegos al poder, sus ataques a la plantilla de su periódico -a la mitad de la cual despidió sin piedad- y sin entrar en otras cuestiones que me hicieron llegar y en las que yo no quise entrar nunca.

Hablo de esto y ya alguna vez lo comenté por aquí, de lo que sé que duelen las mentiras en prensa, de lo sucio que algunos juegan, del daño que hace muchas veces la falta de rigor en las informaciones.

Claro que hay buenos, muy buenos profesionales. La gran mayoría hacen su trabajo con una decencia fuera de dudas y con total honestidad. Algunos brillantes, otros mas sencillos. Pero también los hay canallas. Canallas de verdad.

No hay comentarios: