La Casa de Lola

La Casa Lola se volvió a llenar de alegría, como el siempre quiso. Los textos de Juan Mena -geniales, como nos tiene acostumbrado-, la dirección de Roberto Collado y la extraordinaria interpretación del elenco de artistas del grupo municipal que lleva el nombre de "Paco Jiménez" representó nuevamente, en su honor y memoria, una buena noche de teatro en San Roque.

En el teatro, ahí entre bastidores, sonaron a gloria los aplausos del viejo director que nunca se nos fue de este pueblo. Ahí sonaron las fragancias de tantos y tantos amigos que le acompañamos una vez mas en su recuerdo. Sonaron deliciosas las palabras de Borja en nombre de la familia, se le vio al eterno amigo toda la noche y se le escucho en sus palabras de siempre.

Ha sido una noche fuerte de emociones, de recuerdos y de ternura. La familia estuvo arropada y acompañada por un gentío que siempre quiso a Paco como el amigo de todos.

La Casa Lola gustó, nuevamente. Y se llenaron de aplausos y vítores en memoria de un Paco Jiménez que estará siempre con nosotros.

Mi Pinar del Rey

Delicioso. Sencillamente delicioso. Estuvo siempre ahí, de una u otra forma. Pero formó parte del paisaje sanroqueño desde hace décadas y décadas.

Lo hemos recorrido todo, nos lo hemos aprendido andando y lo hemos conocido queriéndolo. En todo esto y dicho sea de paso tuvo mucho que ver el recordado Antonio Barberán, que dio media vida por el pinar de sus amores.

El Pinar del Rey es un imán de nuestro perfil como sanroqueños y campogibraltareños del que podemos disfrutar cuando queramos porque siempre lo tenemos ahí.

Sus pinos, sus rincones, sus espacios verdes, su zona recreativa, su arboleda... todo un conjunto de respirar profundo, de pulmón y de naturaleza que es orgullo del sanroqueño y disfrute del algecireño, gibraltareño, barreño, linense... una cosa nuestra que es de todos.

Y como de todos es este espacio, cuidemos todos nuestro mas potencial recurso medioambiental. Al Pinar del Rey lo queremos todos. Y desde siempre.

Estudio Epidemiológico

El gobierno de Gibraltar ha dado a conocer el resultado de un informe epidemiológico, como resultado a una promesa electoral que recogía el propio Peter Caruana y a pocos meses de que en el peñón se celebren elecciones legislativas.

En este resultado del estudio epidemiológico se resume que no hay riesgo de cáncer en la población gibraltareña, vinculada a la industria de nuestra zona y que, por lo tanto, no hay nada de lo que preocuparse.

En el mismo informe y en las declaraciones del Primer Ministro de Gibraltar se dice que no se ha contado con colaboración española para el desarrollo de este estudio, pese a haberse intentado y que se ha practicado por parte de unos expertos del National Environmental Research Institute de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca.

Una pena que, otra vez mas y ya van mas de 20, nadie de esta parte de la frontera haya querido implicarse en un estudio epidemiológico que hemos solicitado por activa y por pasiva los ciudadanos de la comarca del Campo de Gibraltar.

Puede que pasen muchos años y ya no estemos aquí los que ahora estamos. Y puede que alguien alguna vez haga ese maldito estudio que nunca se hace. Y puede que de unos resultados sorprendentes en algún sentido. Y puede que queramos recuperar la memoria histórica y perdida de un pueblo que no supo conseguir lo que mil veces pidió.

Y puede que nos riamos del contenido de ese estudio que el señor Caruana se ha sacado de la manga, con todos los respetos, a pocos meses de unas elecciones en el peñón. Y puede que ya no existan ni informes ni estudios, puede que ya no haga falta nada porque nada nunca tuvimos. Ni siquiera agallas para luchar.

La Memoria de Santillana

En estos días ha cumplido 50 años la editorial Santillana. Lectura sobre lectura, papel sobre papel y tinta siempre fresca que ha llenado millones de libros de varias generaciones de esta y aquella otra parte de la orilla latina.

Ha sido Santillana una editorial y un nombre con el que hemos crecido algunas generaciones españolas de mi tiempo. Con sus libros hemos aprendido a escribir, a leer, a apasionaros con sus relatos e incluso a dibujar sobre esos muñecotes enormes que nos enseñaban las cosas de nuestra vida.

En todo este recorrido editorial y empresarial, que lógicamente debe tener y que es sano que dé buenos resultados, se han vivido experiencias inolvidables para los personajes que han mantenido la llama de este “puente de lectura y de cultura” entre dos continentes. Cuántos niños y niñas, cuantos adultos, incluso, han aprendido a leer y a conocer el negro del blanco por medio de una de las firmas editoriales-educativas de todos tiempos.

Yo aún conservo aquel “Senda” de cuarto o quinto de EGB mío que me ayudó tanto en la lectura y que hoy tiene casi 40 años. Estropeado por el paso del tiempo, casi roto y machaconamente releído tantas veces, me sirvió de apoyo en mis primeros pasos a la hora de escribir cuatro palabras juntas.

Mi cariñoso recuerdo a Santillana. Me ayudaron mucho, por aquello de la “Senda”...

Las Cosas de Don Antonio

Don Antonio es una libro abierto. Todos los que le conocemos desde hace muchos años sabemos de su sapiencia y del color de sus manos, en un trabajar incansable que siempre llevó como la honra de su familia.

Desde hace poco mas o menos un año estamos trabajando conjuntamente para editar en breve un libro que contará muchas experiencias de su vida. Y otras que le contaron los mayores a sus mayores y éstos a los niños de la guerra.

Su vieja Venta o restaurante, su "Casa Bernal" sigue siendo, en Campamento, un ejemplo de amistad, de cordialidad y de servicio a sus clientes.

Y así desde hace un siglo, desde hace muchos años que presta su sonrisa y su caballerosidad a quienes, porque así lo deciden, quieren ser sus amigos.

Antonio Bernal, el adulto Antonio Bernal, además de ser una buena persona es una enciclopedia viviente que pronto nos contará muchas cosas a los ciudadanos de esta Comarca. Y yo me alegro de ser su "mano" a la hora de transcribir lo que siente, lo que sabe y lo que quiere contar.

No a los Asesinos

Esta cifra está muy cansina ya y muy gastada en la sociedad española. Estamos hartos. ¡Estamos hartos ya! De tanta muerte inútil en manos de asesinos despiadados y machistas que acaban con la vida de mujeres y que, en la mayoría de los casos, luego acaban con sus propias vidas.

Estamos cansados de esta terrible estadística, de este dato frío con el que nos despertamos muchas mañanas y que quita vida de inocentes, de personas con corazón y con sentimientos.

Yo no se, realmente, cual es la solución para atacar este problema. Desconozco cuales son los mejores caminos y las mejores técnicas para solucionar esta violencia de género que se ha convertido en una auténtica lacra en nuestra sociedad. Lo que si se es que ESTAMOS HARTOS de escuchar estos datos y sobre todo, de que sucedan casi a una muerte por semana o poco mas.

Que se busquen las soluciones adecuadas, que se siga trabajando desde las administraciones en este campo, que se unan voluntades y se escuche mas la voz de las mujeres, pero que dejen de matar.

Y a los cabrones que "se les lía la cabeza" de vez en cuando, que se tiren desde un quinto piso antes de apretar el gatillo.

En este Barco no me Monto

Algún "...politiquillo y enteraillo..." de los que canta mi buen amigo Antonio Martín en su excelente "Verdades del Barquero" anda diciendo por ahí que no se quiso montar en no se qué de qué barco. Bueno, vale.

Los "barcos" son para que cada uno se suba en el que quiera y cuando quiera. También cuando pueda. Sucede que no todos se podrán subir a los barcos que quieran porque, como en este caso, cuando se trata de que te tengas que subir "porque otros así lo quieran", seguramente se puedan encontrar conque nadie los quiere o los deja montar.

Eso de "en este barco yo no me monto" responde en muchas ocasiones a la frustración que se pueda tener por no haber sabido cogerlo a tiempo o porque "sabía que nadie me iba a querer".

Yo quise montarme en muchos barcos en mi vida. En la mayoría no pude. En muchos porque las circunstancias de la vida no me dejaron o no quisieron, en otras porque, al final, yo decidí no subir.

Y hoy me alegro de no haberme subido a mas de un barco, porque se que va a la deriva y no lo quiere "....ni la mare que lo parió...", que decía Martín en otras de sus famosas letras.

Como también me arrepiento de haberme subido a otros en los que nunca debí poner un pié. Y estoy seguro que en esos no los volveré a poner. Al menos, mientras estén en la tripulación algunos "enteraillos y politiquillos..." a los que no quiero porque no merecen ni el título que ostentan, con carreras incluidas.