La Serpiente del Paro

Los datos ya empiezan a ser estremecedores. No se donde vamos a llevar, casi 5 millones de parados en un país donde nos creíamos que el potencial que teníamos iba a solucionar buena parte de los problemas que nos acucian.

Como la espuma, como las olas que arremeten contra las rocas de la playa, como la lluvia que cae incansable cuando la tormenta azota. Un descalabro y un fracaso para este gobierno del país que no está acertando en previsiones, en crecimiento, ni en solucionar el paro.

No se donde vamos a parar, lo percibo. Tampoco me creo que suba el empleo en los próximos meses. Habrá “mejoras puntuales” con esto de la llegada del verano, la potencialidad del turismo y no se que mas. Pero no me creo que crezca un empleo estable en los próximos meses.

Esto es una serpiente. Una serpiente venenosa que está llegando al cuello de miles de familias españolas.

Que alguien la pare, que alguien la corte, que alguien de una solución a esto que no mejora en nuestro país y que, en cifras globales, está hundiendo un país fértil en potenciales y en recursos.

Ere que Ere...

La Junta de Andalucía está viviendo otro terremoto político elevado a la máxima potencia de los escándalos políticos. A nadie se le escapa que los posibles fraudes acontecidos en el transcurso de los últimos meses en la gestión de la Consejería de empleo de la Junta de Andalucía está rebasando los límites de la honorabilidad para determinados personajes que hemos tenido dirigiendo la Junta de Andalucía.

Las intervenciones judiciales parece que van aceleradas, algo que agradecemos los ciudadanos de bien y que nos obliga a estar pendientes de cual será el fallo judicial que determinará las posibles implicaciones de cargos públicos que han jugado, supuestamente, con el dinero de todos los ciudadanos.

Todo parece indicar que hay personas que han gestionado mal unos fondos destinados a cooperar y ayudar a trabajadores andaluces en tiempos difíciles. Y la justicia y la implacable ley deberá decir que ha ocurrido de veras y donde han estado los aprovechados que han abusado de un cargo y de una confianza.

Ere que ere, Andalucía quiere saber. Y yo también.

Pasión por la Pasión

En estos días mi ciudad está mas bonita que nunca. La brisa del levante que se mezcla entre nuestros callejones, allá por Rubín de Celis, Romero de Figueroa, Almoraima, San Felipe o Siglo XX saben a mucho en unos días en los que toca Semana de Pasión para todos.

Aquí se encontrarán en la esquina de cualquier calle centenaria las gotas perdidas de una vela de candelabro cofrade y la lágrima de esa sanroqueña que piensa, reza y llora en silencio para que nos venga lo mejor en el próximo año, hasta la primavera del 2012.

Ahora sonará de nuevo la música celestial de tantas bandas que acompañarán a nuestros pasos por las piedras de las calles de esta ciudad que rebasó los tres siglos.

Se cuajarán los mejores claves que adornarán al Nazareno, La Merced o el Buena Muerte de tantos suspiros y recuerdos de familia. Vendrá el costalero, el amante cofrade, el creyente fervoroso, el enamorado de nuestra cultura e imaginería o el incienso que inundará el camino de la pasión.

Pasión por San Roque, pasión por nuestra querida Semana Santa sanroqueña. Con el mismo orgullo y temores de cuando uno era un chiquillo...

No a la Guerra

No, no y no. No a la guerra. No a la guerra otra vez. Ni Gadafi, ni Sadán, ni ninguno de los dictadores fascistas que están robando la libertad de nuestros pueblos, nada para los que nos roban la palabra sobre la acción y nada para los que se han lucrado por años y decenios de los sudores de los pueblos.

Pero... no a la guerra. No a los tanques, los misiles y los aviones caza. Nada de cielos llenos de columnas de humo que rompen el corazón y las almas de los ciudadanos. No a las trincheras ni a la muerte de civiles; niños y mujeres. No al hambre ni a las balas entre hermanos en un mismo frente.

Si al diálogo, al consenso, al respeto, al trato de la paz y al apoyo a los hombres y mujeres de todos los países y de sus identidades.

Con las experiencias de tantos años, con las batallas libradas en tantos siglos, con los millones de muertos de un lado y otro de la contienda, con los libros y documentales de todos los tiempos, con las secuelas de tanto odio y tantas generaciones. No a la guerra, por favor, no a la guerra.