Ha sido, como cada año, la noche del agua y del fuego. La noche de los Juanillos, de la intensidad, del calor, del sortilegio de la entrada de una estación que a todos nos revoluciona por muchas cosas.
Allí donde una llama se encendió, se encendieron unos deseos, unos secretos, unas aspiraciones y salud. Salud, salud y salud!!!
Con el calor de las brazas ya casi consumidas empieza un nuevo día que arranca los deseos de generaciones tras generaciones que no pierden las costumbres y tradiciones de un pueblo (en cualquier parte del mundo) que vive con intensidad cada día y cada aliento de esta vida que estamos disfrutando. Y con qué ganas!!
Y por muchos años mas!
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