La historia está sin cerrar. Si. La historia. La del malagueño García Caparros que murió aquel "... 4 de Diciembre... " que cantara para la humanidad Raza Mora desde El Puerto de Santa María. Pero la historia, además de costarle la vida y matar en vida a su familia, no ha acabado. Y parece que no será fácil que concluya.
Ya lo ha vaticinado la jurista Rosa Burgos -extraordinaria por cierto su detallada y muy técnica publicación sobre la muerte de García Caparrós-; esta historia no se cerrará con facilidad porque el mismo Estado es el primero que protegió, protege y protegerá aquella bala traidora que tan genialmente diseñaron en el reportaje de Canal Sur de hace dos años y que emocionó a todos y que vino a decir claramente quién apretó el gatillo.
Precisamente en estos días, hace poco mas de una semana, volvía a leer en algún medio la tristeza de las hermanas de García Caparrós por el abandono de las instituciones a un caso que sacudió España y especialmente Andalucía.
Cuando pasen los años y posiblemente alguna que otra generación mas por encima de nosotros algunos de nuestros herederos puede que nos reprochen -y con justificada razón- qué poco hicimos por aclarar este triste suceso que empañó nuestra bandera verde y blanca.
Verde como nuestros prados y nuestros campos y blanca como la nieve de la sierra y la espuma del mar. Nuestro Caparrós, un año mas, como aquel frío 4 de diciembre.
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