Gibraltar vuelve por Navidad

Nos lo siguen diciendo cada seis meses, mas o menos. Es el plazo habitual al que deben atender las esperanzas por parte de los negociadores de una solución para Gibraltar y que no llega nunca, nunca. Como nunca llega el tren moderno al Campo de Gibraltar y como nunca llegará la doble vía desde Vejer a Algeciras.

    Nos avisan un poco antes de la Navidad, nos dicen que el acuerdo está a apunto, el ministro de Asuntos exteriores de España manifiesta que el gobierno nuestro esta preparado para un "no acuerdo" sobre la Roca, que perderemos todos si no hay acuerdo teniendo en cuenta el montante del número de trabajadores y de vidas que están pendientes a este lado de la verja que dependen de la economía Gibraltareña. Pero también se habla de lo que perderían los gibraltareños si no se eliminan esas barreras materiales que tanto daño ya nos hicieron desde el pasado.

    Se avanza, parece, en el asunto del uso conjunto del aeropuerto gibraltareño, como un caramelo envenenado y esperanzador, pero al final, nada de nada.

    Nada, eso. Que el asunto de Gibraltar vuelve a casa, como el turrón, siempre por Navidad. Y ya la Navidad se fue. Pués eso.