sábado, 16 de noviembre de 2024

Angustias, Dolor


 

    Llevo horas como dormido, sonámbulo. Nadie se ha creído la noticia de que te has marchado ya con Ella. Nadie. Y como bien dice Juan Mena en uno de sus comentarios, San Roque está entera con tu familia en unos momentos tan duros para todos.

Y yo, cuando aún no va a ser Miércoles Santo ni Viernes Grande en San Roque te quiero recordar como siempre has sido. Con los nervios de los minutos antes de salir desde La Capilla para llevarla desde tu varal -muy cercano al mío- por nuestras calles centenarias y hermosas de San Roque, hermano.

Con tu sonrisa, tu humor, tus alegrías, tus dolores y tan cerca de una hermandad que siempre te gozó al llevarte como uno de sus costaleros mas señeros. Aún te recuerdo en la Iglesia Santa María la Coronada, tan cerca de ti y lo tuyo, con la túnica de Angustio y dando ese extraordinario pregón del Costalero con el que nos dejaste helados a todos. Cuánta pasión, cuanta hermosura, cuanta naturalidad, cuanto amor...

Y te recuerdo con tu mirada siempre de niño, con tu corazón siempre abierto de amigo y con una cerveza o un buen vino en la madera de tu "Varal" donde tantos buenos momentos disfrutamos a tu lado.

Es verdad, hermano, que hace tiempo que no te veía. Yo también he llevado meses duros en estos años que hemos dejado atrás. Y sabía que estabas algo malito. Pero una marcha de una persona tan entrañable nunca nadie se la espera. El dolor.

Aunque yo, querido Balti, te seguiré viendo cada Miécroles Santo desde cualquier esquina, ahí por Almoraima, Los Reyes, Málaga o Algeciras. Veré tu cara en el velo que cae desde la cruz de madera en el trono de la Señora o en la rosa que se cruza con los dedos de Nuestro Señor y que siempre habéis puesto con un orgullo intenso. Hasta nuestro Javi Galiardo te llora en una esquina, sentado en el umbral de una casa de las nuestras, pensando que esto es solo una triste pesadilla de noviembre, que no puede ser verdad.

Y mientras tu, ya feliz con tu gente en los altares de la Gloria, de la mano de Ella. Ya sonríes como siempre mientras tu mirada sigue también como siempre atento al simbrear de los arbotantes de tu esquina, junto a las rosas rosa que este año ha llevado Ella para redimir el pecado de los que estamos en esta tierra de dolores y angustias.

Te querremos siempre, hermano. Te seguiremos de cerca hasta el nuevo encuentro, allá lejos donde van los mejores. Ya no hay dolor, Balti. Ya todos sabemos que tu estás mejor en esa nube de amor y que te cuida la Señora por los siglos de los siglos... 

Un beso, hermano. Vamos por Ella un año mas!!!

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