Se Llamaba Manolo

Cuarenta años después y a pocos días del 4 de Diciembre muere un malagueño. Cuarenta años y aún pendientes de saldar cuentas, que no revanchas, con nuestra historia mas reciente. Sobre la vieja pared de mi casa de Rodríguez López, 24 en Puente Mayorga un poster de esos de adolescencia en el que se leía "Viva Andalucía Libre". Y allí, pero aquí, en Málaga un joven de solo 18 años gritaba libertad para una tierra que le pagó con un tiro por la espalda y que le quitó la vida en el coche, camino del hospital. Cuarenta años después se ha sabido que el cabo primero de la policía nacional que disparó aquella bala traidora se llamaba Manuel, Manolo. Poco después de los tristes acontecimientos le trasladaron de ciudad en su destino, camuflaron su nombre en la investigación con unas iniciales y murió hace pocos años. Poco mas. Y poco menos. En todo este tiempo, amén de la copla que hicieran inmortal a los de "Raza Mora" en el Carnaval gaditano, el silencio imperó sobre un asunto de "Estado" que nadie quiso abrir por mas años que pasaran. A García Caparrós le "premiaron" con todos los títulos, de manera póstuma, que existe en la vida. Pero no le pudieron devolver la vida que empezaba a vivir siendo a penas un chaval y donde solo gritaba con la verdiblanca que quería democracia para esta tierra de pescadores y jornaleros. La ley no permite aún que se sepa la verdad verdadera. Esa solo para los libros de historia de dentro de un siglo. Y no se busca venganza, nadie quiere venganza, seguro que ni la familia. Lo que se quiere es justicia. Que no vuelva un 4 de Diciembre con balas ni bombas ni botes de humos. Que llegue el día en que el verde de nuestras praderas y el blanco de nuestras montañas se fundan en un abrazo de fraternidad de nuestros pueblos. Y me parece bien que en Cádiz, la capital de la libertad, se denomine "4 de Diciembre" a una avenida. Para que la memoria histórica no nos falle. Se llamaba Manolo. Seguro que no pudo vivir con tranquilidad el resto de sus días desde aquel 4 de Diciembre en el que la bala traidora le sesgó la vida a otro Manuel. Otro Manuel que podría haber sido su propio hijo. Pero la historia, aquí cercano a otro 4 de Diciembre, aún sigue incompleta.

Manuel Peña, el Genio

En este país de nuestros amores tenemos una polémica en cada esquina de las calles de nuestros pueblos y ciudades. Como está pasando en estos días en Sevilla, con todos los respetos. Eso a pesar de que los respetos no los ha tenido la obra que ha hecho el genial artista Manuel Peña sobre la Navidad en Sevilla, merced a un encargo que le ha hecho la asociación de apoyo a tan tradicional fiesta del mes de diciembre. Un arcángel casi divino con una azucena en su mano y la giralda como icono de la ciudad hispalense es el encuadre de un puzle que gusta a los amantes del arte mayoritariamente y que ha marcado un hito en las expresiones artísticas en los encargos que cada año lleva a cabo este colectivo. Y como siempre y porque eso va unido a la característica del ser humano, la polémica se suma a los insultos. Numerosos insultos que se desacreditan por si mismo y que no aportan nada mas que miserias a quienes desean utilizar el arte en la libertad que siempre se le supone. Manuel Peña es un artista fantástico que lleva una dilatada trayectoria pese a su rabiosa juventud. Imágenes religiosas, artísticas de por si, hiperrealismo y un montón de cosas mas hablan de la decencia cultural de este artista que ahora, lo es mas. Y lo es mas porque cuatro de mentes retorcidas se han empeñado, sencillamente, en hacerlo mucho mas famoso de lo que es ahora. Y de que sus cuadros se coticen mucho mas elevado en precios del mercado. Y me alegro, Peña. Me alegro.

Bandera y Pasodoble

Como bien diría mi buen amigo Juan Mena, a la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar solo le faltaría eso de poner en marcha un "traje típico" para todos los habitantes de esta comarca a fin de culminar el periplo de bandera, pasodoble y disfraz. Con respeto. Hace menos de un año se aprobaba la bandera de la comarca del Campo de Gibraltar que realmente no se para que sirve. En estos días se ha aprobado el pasodoble del Campo de Gibraltar que, con todo el respeto hacia su autor, nada tiene que parecerse a aquellos que en su día sacara el genial autor Abel González y que regaló a modo de disco eterno a los siete pueblos de este sur de Andalucía en la década de los 80. Le falta al chiringuito que preside Luís Ángel Fernández el "traje típico" para los pueblos de la Mancomunidad y ya está todo hecho. Ya se podría ir tranquilo a casa después de la antigüedad y los trienios que lleva en esto de la política desde prácticamente aquellas primeras elecciones democráticas en las que se afilió a AP. Claro que, lamentablemente, la Mancomunidad no tiene la aceptación ni el valor apreciado de la inmensa mayoría de los habitantes del Campo de Gibraltar. Unas jornadas sobre historia, el recibo mas alto de Europa de agua y basura y poco mas es lo que hace un ente en el que ya dejamos de creer muchos hace años. Rincón en el que se "adopta" a quienes de uno u otro color son colaboradores de lo político y poco mas. Queda atrás cuanto valía aquella mancomunidad en la que creyeron y por la que apostaron pese a sus errores y desaciertos cuando la arrancó Rafael Palomino Káiser y luego Pepe Carracao que casi se eterniza en sus filas. Pero es verdad que qué poco hace en estos momentos una organización que no crea inversiones, no hace nada en las relaciones con los vecinos de Gibraltar, no impulsa necesidades como el tren y su modernización para la red de Algeciras-Bobadilla y no entusiasma a quienes dicen que nos debemos amparar en su bandera. Otra bandera mas. Y en eso, pasodoble, bandera y traje típico o uniforme que es lo mismo. Ya le está faltando tiempo a mi amigo Luís Ángel para organizar el concurso de traje típico del Campo de Gibraltar. Lo mismo que en la época de antes. Al menos estaremos entretenidos. Y todo esto sin acritud.