Lo que nos viene acercando agosto y en pocas horas vuelve a ser terrorífico en las aguas del Estrecho de Gibraltar. A la llegada de mil inmigrantes en balsas hinchables y en solo 48 horas, en un repunte de ansiedad y de desesperación, se llega desde la miseria humana mas dramática de la que somos testigos los campogibraltareños.
Una vez en tierra firme, el sentimiento, la profesionalidad y el amor es digno de la historia humana mas sincera y del mejor guión de cine que un autor pueda crear sobre su película. Pero no es película, ahí están ellos, los voluntarios de la Cruz Roja.
Defendí siempre y aposté desde mi solidaridad por la Cruz Roja desde el voluntarismo y desde la dignidad humana. Hasta que un día me dieron un palo enorme una patrulla casera que me rompió el alma para el resto de mi vida. Pero esa es otra historia.
Hoy son un claro ejemplo, en Tarifa, de la entrega, el cuidado humano, la dignidad y un montón de cosas mas. Me emocioné con ellos hace años cuando veía las fotos de Ildefonso Sena, José Luís Roca y ahora de Marcos Moreno y donde entregan toda su humanidad. La que ilustra este texto no se ni de quien es, pero podría ser otro claro ejemplo de que cuento...
Son voluntarios de oro. Y para ellos pido, para los de Tarifa, los mas de 60 voluntarios que estos días casi no han dormido atendiendo a nuestra gente, para ellos pido -digo- el "Príncipe de Asturias de la Solidaridad", o el Globo de Oro, o el Premio de la Paz, la Mención de Honor de la Mancomunidad de Municipios, o... para ellos, que son de oro.
