domingo, 17 de marzo de 2013

Subir a la Gloria


El caminar lento y sereno por las calles del viejo casco histórico de nuestra ciudad es un aliciente mas para alcanzar la gloria de Tu cara, Madre. Andar despacio por los adoquines, caminar al son de la marcha mas celestial y comprobar tu lento movimiento en un perfecto equilibrio de costaleros, es subir a la gloria.
Porque este Miércoles Santo, la calle de nuevo será Tuya. Mostrando a los hombres y mujeres de fe tu hermoso color, tu divino rostro y tu querido manto de Reina y Señora de todos nosotros...
Esa es la gloria. Tu Gloria bendita que esperamos alcanzar aunque, torpes y difíciles, los hombres nos empeñamos siempre en torcer tu voluntad, en coger por el camino distinto, en caminar con el paso cambiado.
En una hornacina modesta pero elegante. En un rincón de esta histórica Capilla que visitamos pocas veces al año. En un templo donde reina la Palabra de Dios, está la Madre siempre esperando, siempre perdonando, siempre sonriendo...
Y ahí estaremos otra vez mas por tu día. Con tu trono lleno de benditas flores que te llevamos con la angustia de ser perdonados, de querer tenerte cerca, de amarte mas que a nada ni a nadie. Subir a tu gloria, Madre.
Suena la primera levantá, nervios, ansiedad, cariño desde siempre para quererte cada día mas. Por los nuestros, por los que queremos, por los que no nos quieren, por los que no conocemos, por lo que nos espera y por lo que nos llegará.
Tu bendita Gloria, Madre. Aunque solo sea por un año mas.

Fanatismo

Los años de vida ya nos dan ciertas cuotas de experiencia en muchas cosas, aunque nunca terminemos de aprender ni de entender. El fanatismo de determinados sujetos es algo que, aunque propio de la raza humana tiene su gran saga de seguidores en determinados campos del movimiento.
Así, no nos extraña ver, aunque no haya mas ciego que el que no quiera ver, a partidarios de los partidos políticos de siempre que son mas seguidores de éstos que sus propios fundadores. Para ellos no existe la discrepancia, la diversidad, el color distinto ni la opinión contraria. Mueren por y para, aunque no sepan para qué su morir.
Los hay fanáticos en lo taurino, en el mundo del espectáculo, en la religiosidad, en el periodismo y hasta en el deporte. Especialmente en el del balón. 
Muchas veces los fanáticos se inventan sus propias mentiras, sus propias versiones, son maestros de la oratoria difusa y, casi siempre, se creen sus propias historias, aunque nunca ocurrieran.
Yo siempre aposté por el diálogo en las cosas, por el acuerdo, por el vaso medio lleno, por no ser excesivamente apostante de tantas cosas. Y creo que así me iré de este mundo porque no será fácil que me cambien a estas alturas del XXI.
Fanatismo es incultura, evidentemente. Pero también es mala educación. Y muchas veces, hasta terrorismo.

viernes, 1 de marzo de 2013

La Herencia del Quijote

Fue en los primeros meses de 2000 cuando tuve la oportunidad de apretarle la mano fuerte, en los salones del hotel The San Roque Club, donde siempre se solía alojar cuando venía a su pueblo. Hasta el nombre del hotel llevaba el de su pueblo. Allí le di la noticia de que el teatro de San Roque, que aunque se hacía llamar de la Alameda nunca tuvo nombre oficial como tal, llevaría el suyo para la gloria. Allí se me emocionó este grandullón hecho niño por primera vez.
Luego vinieron los homenajes, el libro de oro, la inmensa rueda de prensa en el Palacio de los Gobernadores, el mosaico en la puerta de su casa "Aquí nació para gloria de la cultura...", la inauguración del teatro de modo oficial y tantos recuerdos de aquellos días de principios de la década pasada...
Luego, me invitó a una Gala de los Goya, en Madrid, ocupando su mismo espacio y silla, compartí con él ratitos de la grabación de la peli "Don Quijote" en las playas de Tarifa, trajo a San Roque los estrenos de sus últimas obras teatrales porque así lo dispuso con sus productoras, nos grabó su voz para inmortalizar el alma de cada una de las barriadas y del casco sanroqueño y así..., infinidad de detalles, emociones y anécdotas.
Guardo de Juanluis, el amigo inmortal sanroqueño, algunos de los mejores momentos vividos en la cuestión pública. Siempre emocionado hablando de su madre y su familia, a veces controvertido, siempre un niño con alma de loco por la vida.
Hasta que un día, sin esperarlo, se nos fue. Y dijo que sus recuerdos, para su pueblo. Otra vez inmenso, otra vez enorme, otra vez el Juan Luis que apretó aquella mano en los salones del hotel a principios de 2000. Otra vez la emoción de este Quijote que reina siempre en el espíritu del sanroqueño.