domingo, 17 de marzo de 2013

Fanatismo

Los años de vida ya nos dan ciertas cuotas de experiencia en muchas cosas, aunque nunca terminemos de aprender ni de entender. El fanatismo de determinados sujetos es algo que, aunque propio de la raza humana tiene su gran saga de seguidores en determinados campos del movimiento.
Así, no nos extraña ver, aunque no haya mas ciego que el que no quiera ver, a partidarios de los partidos políticos de siempre que son mas seguidores de éstos que sus propios fundadores. Para ellos no existe la discrepancia, la diversidad, el color distinto ni la opinión contraria. Mueren por y para, aunque no sepan para qué su morir.
Los hay fanáticos en lo taurino, en el mundo del espectáculo, en la religiosidad, en el periodismo y hasta en el deporte. Especialmente en el del balón. 
Muchas veces los fanáticos se inventan sus propias mentiras, sus propias versiones, son maestros de la oratoria difusa y, casi siempre, se creen sus propias historias, aunque nunca ocurrieran.
Yo siempre aposté por el diálogo en las cosas, por el acuerdo, por el vaso medio lleno, por no ser excesivamente apostante de tantas cosas. Y creo que así me iré de este mundo porque no será fácil que me cambien a estas alturas del XXI.
Fanatismo es incultura, evidentemente. Pero también es mala educación. Y muchas veces, hasta terrorismo.

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