viernes, 1 de marzo de 2013

La Herencia del Quijote

Fue en los primeros meses de 2000 cuando tuve la oportunidad de apretarle la mano fuerte, en los salones del hotel The San Roque Club, donde siempre se solía alojar cuando venía a su pueblo. Hasta el nombre del hotel llevaba el de su pueblo. Allí le di la noticia de que el teatro de San Roque, que aunque se hacía llamar de la Alameda nunca tuvo nombre oficial como tal, llevaría el suyo para la gloria. Allí se me emocionó este grandullón hecho niño por primera vez.
Luego vinieron los homenajes, el libro de oro, la inmensa rueda de prensa en el Palacio de los Gobernadores, el mosaico en la puerta de su casa "Aquí nació para gloria de la cultura...", la inauguración del teatro de modo oficial y tantos recuerdos de aquellos días de principios de la década pasada...
Luego, me invitó a una Gala de los Goya, en Madrid, ocupando su mismo espacio y silla, compartí con él ratitos de la grabación de la peli "Don Quijote" en las playas de Tarifa, trajo a San Roque los estrenos de sus últimas obras teatrales porque así lo dispuso con sus productoras, nos grabó su voz para inmortalizar el alma de cada una de las barriadas y del casco sanroqueño y así..., infinidad de detalles, emociones y anécdotas.
Guardo de Juanluis, el amigo inmortal sanroqueño, algunos de los mejores momentos vividos en la cuestión pública. Siempre emocionado hablando de su madre y su familia, a veces controvertido, siempre un niño con alma de loco por la vida.
Hasta que un día, sin esperarlo, se nos fue. Y dijo que sus recuerdos, para su pueblo. Otra vez inmenso, otra vez enorme, otra vez el Juan Luis que apretó aquella mano en los salones del hotel a principios de 2000. Otra vez la emoción de este Quijote que reina siempre en el espíritu del sanroqueño.

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