Pues si, en el filo del año viejo, el año que acaba, el bueno para muchos y terrible para otros año de 2018 que se nos va ya, sin mas, toca ahora las uvas de la suerte.
Y de nuevo nos felicitaremos el día, el año nuevo, la fiesta y la celebración en un 31 de diciembre que dará paso al 1, san Manuel o san Manolo que festejara yo tantos años con mi tio Manolo que diera el último suspiro en mis manos y del que no me olvido.
Comida, mariscos, carnes, pescados, cada uno a su gusto y su placer mojará los paladares con el vino nuestro de cada día en esta tierra de sol y sombra que ahora vive una etapa de desconcierto con un cambio político después de 36 años de lo mismo.
Nosotros nos tomaremos las uvas en la noche-madrugada del 31 al 1. Seguro con la imagen de cada año de la Puerta del Sol madrileña y con las copas de champán al lado para desearmos salud, salud y salud.
Serán las uvas de la pasión por lo que amamos y queremos. Las uvas de la vida, de lo corriente, natural y sencillo que nos acompaña en el caminar cada día. Serán las uvas de la solidaridad, del feminismo, de la libertad, de la expresión, de la cultura, del respeto, de la democracia, de la prensa libre, de los políticos sensatos, de la lucha en la investigación para curar las enfermedades, de la medalla de oro de Andalucía para Don Antonio Martín, de mis besos robados y de mis viajes por el paisaje que amo.
Serán las uvas de nuestras pasiones, las uvas de la suerte. La misma suerte que yo le deseo a usted, amigo lector, desconocido lector. Suerte y salud que en 2019 gocemos de lo que nos apasiona.
