Crisis Institucional

La oleada de calor que nos está llegando en estos días de principio de verano nos hace reflexionar sobre los acontecimientos que en los últimos tiempos venimos observando casi atónitos los españoles.

La petición de amparo de un juez por presuntas presiones sobre un caso que instruye contra un político de altura, la falta de pago de las administraciones locales a funcionarios y trabajadores en general, la creación de una comisión sobre unos EREs que son la vergüenza de unos y otros, la posible desaparición en los próximos meses de las mancomunidades de municipios, la acumulación de sueldos y dietas por algún que otro parlamentario, la demanda ciudadana sobre transparencia en los cargos públicos y bajada de sueldos disparatados...

Todo un clamor y una necesidad que se apetece necesaria de una reforma institucional y política que este país precisa y no por estar en la crisis mas importante desde hace mas de 50 años, mas bien porque se está degenerando paulatinamente entre los propios ciudadanos.

En puertas de que ganemos la Eurocopa y en la tarde de un caluroso final de junio comparto con vosotros esta reflexión...

El Quijote del Sur

La locura existe. Claro que si. Como bien investigó Castilla del Pino en su célebre estudio. La locura era Juan Luís, el Quijote del Sur que vi en plena faena en la inmensa playa de Valdevaqueros, junto a Gutierrez Aragón, cuando rodaba las últimas secuencias para su versión del Cervantes universal.

La locura era ese Juan Luís que se desvivía por el San Roque de la Calle San Felipe, donde le colocamos aquella placa sorpresa que rememora su casa natal, o el que se cansaba de comer en Casa Bernal de Campamento o en cualquiera de nuestros incomparables bares de tapas a los que tan frecuentemente acudía en sus constantes visitas a la ciudad en la que empezó a vivir sus primeros años junto a su familia.

La locura mas cuerda existía en este Juan Luís que tan abiertamente hablaba sobre tantos temas de actualidad, política incluida, en los que mostraba su racionalidad mas objetiva. La locura de la vida, de sus amores, de sus esperanzas, de las tablas de los teatros que pisaba, de la madre que siempre buscó, de sus nuevos estrenos, de sus películas, de sus amigos y enemigos, de su futuro y de su pasado.

Juan Luís se nos fue en una despedida sencilla y callada. Que todos lo imaginaran como era en sus películas, en las tablas, en la televisión, en las entrevistas y en el papel cuché. Ese era su deseo...

El mismo Juan Luís al que un día comuniqué que le pondríamos su nombre al teatro de su pueblo y el mío y que se quedó helado en tan inesperada propuesta, el mismo que se sintió emocionado en los homenajes y tributos que le hicimos en vida en su pueblo en los últimos 12 años. El mismo que junto a María vivió sus últimos años de amor en esta tierra fértil y dura, como él solía decir.

Un quijote que ha sido el único que en las pantallas ha representado al autor y al protagonista. Nuestro quijote del sur sanroqueño que ayer se fue a buscar las aspas de los molinos de viento de una tierra aún por descubrir...

Hasta el Gorro

A Pepe Chamizo, nuestro cura valiente, siempre le caracterizó decir las cosas claras y directas. 

El mismo que luchó contra las bandas de narcotraficantes y que instaló los "pañuelos verdes" en Taraguilla y La Estación y luego en media España nunca le faltó lengua para decir con la claridad mas manifiesta lo que pensaba de las cosas. Política y políticos incluido.

Y eso ha sido lo que ha sucedido esta misma semana en el Parlamento de Andalucía cuando nuestro ilustre Defensor del Pueblo Andaluz ha tenido que ir a dar cuentas de la memoria de gestión de esta institución en el año anterior, con mas de 6.000 reclamaciones de los ciudadanos de nuestra tierra.

Hasta el gorro, hasta ahí están los ciudadanos de ustedes, señores políticos. La gente de la calle está muy cabreada con ustedes y déjense de tantas batallitas y peleas y del soluciones claras ya. Cosas como estas hemos podido escuchar de todo un personaje que dice lo que siente y siente lo que los demás decimos y pensamos desde hace tiempo.

De esta gente que está en el poder o en a oposición de nuestras altas instituciones y que no hacen mas que enfrentarse entre ellos por un puñado de votos y que no dan respuesta a los problemas de una sociedad que se está cansando de esos sueldos importantes que parece que no valen absolutamente para nada.

Hasta el gorro, si señores. Chamizo lo ha dicho perfectamente claro: hasta el gorro.

Parad, que yo me bajo

La cosa sigue poniéndose fea a cada día que pasa. La subida desorbitante de la prima de riesgo que nos llega al corazón y que no nos deja de comer al medio día, la no creación de empleo, la posible salida del euro de Grecia y el efecto dominó sobre España, la posible recuperación no económica, sino el rescate de nuestro país, la frustración de los políticos nacionales que no dan pié con bola... y no se cuantas cosas mas, nos está haciendo tener un principio de verano complicado.

Con todo esto las expectativas son tremendas y muy, muy desalentadoras. Estamos en una nueva era en la que es obligado el recambio de modelos, la transformación de estilos, el compromiso con la rigurosidad y muchas cosas mas. Pero seguimos sin dar pié con bola. 

La verdad a media de los políticos, los banqueros, economistas y hasta medios de comunicación nos hace vivir en un hilo de incertidumbre tal, que a veces la ansiedad y la impotencia se hacen propietarias de nuestras mentes sencillas.

Esto deberá solucionarse. Yo no se quien tiene la fórmula mágica, ni quién tiene la varita que sabe buscar las soluciones que en España necesitamos. Ganar la Eurocopa está muy bien. Pero lamentablemente no es la solución a los males de este país al que amamos, de la forma que cada uno quiera.

Si siguen así, si no encuentran soluciones, si no aciertan con el numerito de la suerte que premia con los arreglos de esta vieja España, yo me bajo.

Que paren en la siguiente, que yo me bajo.