lunes, 26 de marzo de 2018

Tu Mirada

Faltan solo unas horas para un nuevo Miércoles Santo en esa "llamada" que cada año acontece por las calles de mi pueblo y por donde sale La Señora de la Semana de Pasión de los sanroqueños.
 
Y aunque ya las fuerzas no son las de un chaval de 20 años, sigo con el "varal" en mis hombros aunque no cargue como antaño.
 
Mezclando el olor de los cirios y de las flores que llenan un campo de sentimientos con el sudor del peso que llevamos durante los 365 días del año.
 
Angustias. Angustias de amor y de ternura desde siempre. Angustias sin Manolo Morata y otros tantos hermanos que se despidieron demasiado pronto de este terrenal espacio de pesares. Angustias de Capilla, capataz y arbotantes. Angustias de Olot y de la "Cofradía de los jóvenes" desde que el Padre Caldela así la bautizara. Angustias de oración, de mis padres en la esquina, de miradas eternas. Angustias de cada Miércoles de silencio.
 
Ya queda poco, chavales, hermanos, amigos. Ya queda poco para esa lágrima perdida, esos abrazos y esas emociones del corazón. Aquí estamos otro año mas. Y otro y otro. Mis Angustias.