Porque detrás de aquellos viejos exploradores, el monaguillo que fui de Santiago, de la Inmaculada en los tiempos en los que se casó Camarón con la Chispa y de San Hiscio, detrás de los viajes del cole, de la vieja radio, de mis años apasionados en Zahara de los Atunes, detrás de las miles de horas de la televisión, de mis años de política, de la mili voluntario con maniobras en Chinchilla, detrás de traidoras y traidores, de amigos y carnavales, detrás de todo eso, una vida inmensa hay.
Aquí, el niño de Rodriguez López 24, ahora 18 a pocos metros del mar. El hijo del Guardia Civil, de Antonia la de Adela, el nieto de Pepe el Jardinero y de Isabel Utrera, aquí el amigo de mis amigos de los de verdad, de los que no olvido aunque algunos se hayan ido...
Aquí el trabajador honesto que siempre pretendí ser, el papá que robó tantas horas a sus hijas y que ahora pretendo compensar, el Abu José Antonio que adora a su nieta y el que sigue luchando desde los adentros por el amor que me merezco.
Aquí yo. Sin mas, dejando atrás tanto y tan poco, tantos y muchos. Aquí estoy yo. Buenos días, querida vida aunque sea de tarde. Pretendo seguir a tu lado algunos años mas. Si me dejas, claro.
