Parece ya un clásico, una novela que conocemos en todos sus capítulos y hasta en su final. Con todos sus protagonistas, con sus amores y desamores y con sus alegrías y sus penas.
Ahora nos sale en estos días informes y contra informes que no asombran a nadie. En uno que las colas de vehículos son largas e intensas. En otro que Gibraltar puede ser un centro de posibles delitos de blanqueo y contrabando. Como si esto no lo supiéramos bien la gente de esta parte del sur de España. Y los del norte y los de todos los países de la Unión Europea.
Torbellino de colores que cantara La Faraona con esto de un asunto al que juegan todos sin pensar bien -así lo creo yo- en los verdaderos intereses de los ciudadanos de ambos lados de la verja.
Y es que los periodistas decimos y muchos nos siguen eso de "Serpientes de Verano". Ya no tenemos serpientes de verano, ahora son "serpientes sobre Gibraltar". La cita cada mes de agosto, por estas fechas mas o menos. El tema, siempre el mismo.
En septiembre, hablamos de otras cosas.
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