El Peñón de Gibraltar siempre tuvo una alargada y sospechosa sombra en los múltiples caminos de su historia.
Que no voy a entrar en las reivindicaciones de la patria sobre el suelo, ni voy a recordar aquello de la "...manzana madura", ni nada esas historias. Ya son otros tiempos y otros tiempos tienen que buscar otras propuestas de trabajo y de camino conjunto.
Tampoco me haré cultivador de aquellas leyendas de matuteras de ayer y de hoy, de esos contrabandos de los que vivieron todas y mas de las familias de la comarca durante décadas, ni del llanito como habla típico de este rincón andaluz, ni me acordaré ahora de los lazos de las familias que se entrecruzaron en un camino de sangre y de amoríos. Que el que mas y el que menos tiene sus historias en La Roca, algunas sin descifrar aún.
Pero es curioso que a cada trance que nos toca vivir a los campogibraltareños, como aquello de la serpiente de verano que cada año nos llega en pleno agosto sobre Gibraltar, a cada trance -decía- nos llegan nuevos nombres, nuevos rostros y nuevas caras -mas o menos duras- que se apuntan al filón que Gibraltar de por si desprende.
Ya sabemos de periodistas que buscaron el amparo de las libras para sus fines en numerosas formas como sabemos de algunos "gerifartes" mas que pasado de moda de los que se ha dicho desde hace tiempo que cobran de la chequera de Picardo como asesores de no se que historia.
Ahora también se apuntan políticos listos -que no inteligentes- que pretenden salir en los titulares de los informativos de La Sexta a cambio de seguir escalando puestos en su desesperada carrera de poder. Y lo curioso es que siempre hay un tonto que le sigue el juego, un charlatán que le cree y un político que le sonríe.
La larga sombra del peñón seguirá teniendo muchas versiones mas. Esto no tendrá su fin hasta que un día la razón impere sobre las chequeras y los intereses personales. Y entonces, los pueblos hermanos de Gibraltar y su Campo se convertirán verdaderamente en protagonistas. Sin mas.
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