jueves, 29 de diciembre de 2016

Año Nuevo, Año Viejo

A pocas horas de cerrar el nuevo calendario y abrir otro se nos agolpan cosas en las manos y en la mente. Atrás dejamos un año que no volveremos a vivir y empieza uno nuevo que nos causa expectativa y, posiblemente, sorpresas. Porque 365 días que tiene un año dan para mucho y son capaces de crear, motivar o te hacen sentir cosas nuevas. También existe la posibilidad de que dejemos de existir, de que nuestro paso por lo terrenal acabe. Pero eso uno ni lo piensa, en ese empeño cotidiano de vivir el día a día y de que cada día sea una experiencia nueva. Se quedan en este 2016 nuestras carcajadas, nuestras risas, nuestros gozos, nuestras aventuras y locuras. Una puesta de sol o un amanecer en esa playa infinita, la copla de Carnaval del Maestro que nunca falta, el buen vino que nos alimenta y el amigo que te puso el hombro en los peores momentos. Se nos queda en el año viejo nuestras lágrimas, nuestros desconciertos y mazazos y las caídas y levantadas de una vida que no es fácil pero que se llena de optimismo cuando se tiene fe en algo e ilusión en el horizonte... Se nos quedan en este 2016 esos amigos que se nos marcharon, que la vida les dio un portazo en la cara y les despidió con injusticia. Seguro ya disfrutan otra vida en cualquier estrella del firmamento. Pero viene un 2017 que nos apasiona, que nos gusta y que nos crea optimismo ante los nuevos retos. Es el año viejo duro y difícil y sencillo y hermoso a la vez y el año nuevo que ya mismo estamos disfrutando. ... y la puerta sigue abierta. Feliz Año Nuevo!!.

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