viernes, 13 de octubre de 2017

Años, muchos años...

El disparatado sainete al que venimos acudiendo los españoles en los últimos meses pone de relieve la dificultad de un entendimiento, de eso no cabe la menor duda. No digo nada nuevo. Lo enredado de un referéndum ilegal, la necesidad de una modificación si o si de la Constitución de todos los españoles que ya fabricaran los de nuestra anterior generación y el enfrentamiento de trenes que estamos observando en un país en el que casi nadie quiere fabricar nuevas fronteras hacen que esto tenga que poner en marcha una de las principales virtudes de la humanidad: la paciencia. Porque esto no es cuestión de un día, ni de un plazo de cuatro días, ni de resolver en una semana, un mes ni tan siquiera un año. Esto es para toda la vida, que bien diríamos de muchas otras cosas. Toda una vida que vivimos, la nuestra vida por ejemplo, para que se puedan aclarar ideas, fronteras y territorios. Para que podamos saber mas de economía, corruptelas y quienes irán a la cárcel y de cuando se celebrarán las próximas 4 elecciones autonómicas en Cataluña. De eso se trata, de paciencia y de caminar despacio en cosas de tanto volumen. Lo demás, será folklore y poco mas. Lo trascendente es cosa de años, muchos años...

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