El golpe de la madrugada del 3 al 4 de Abril de este 2022 ya pasó a la historia, afortunadamente. Ahora, la cosa va de seguir respirando con fuerza y sintiendo en el alma los pálpitos de las cosas buenas que pasan en el día a día de los que me queden hasta el último.
Gracias a las manos divinas de la ciencia, a la Señora que está ahí y se que nunca me deja, a los que están arriba esperando y me dijeron que "me volviera" por donde había venido, al fiel amigo que me acompañó en esas horas malas de dolor y a no se cuantas cosas mas, hoy estoy aquí.
La noche antes me había tomado una buena cerveza fresquita en "El Cañón" de Ana, en Calle Rosario de Cádiz y ya venía soportando algunos "reflejos" de lo que luego sucedería.
La batalla no fue fácil. Horas de males, tubos, medicamentos, quirófanos, UCI y algunas cosas mas que me quedo para mi.
El medico me dijo que podría hacer vida normal desde pocas semanas después y me adelanté para ser tan normal como siempre en mi vida y en mis cosas. Y he aquí que el corazón me dejó seguir y volver a la vida.
Sin mas, gracias a los cientos de mensajes, besos, abrazos y buenos deseos. Se agradecen como agüita de mayo. Volvemos a empezar con miles de sensaciones. No me dejen, que les sigo de cerca.
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