sábado, 25 de junio de 2022

Castellar de la Frontera, que 50 años no es nada


El gobierno de la época se acordó de Castellar de la Frontera y decidió que tenía que ser uno de los pueblos de la modernización. Y así, dentro de los planes de desarrollo y expansión, con el visto bueno del gobernador de la época que elaboró el correspondiente informe favorables, Luís Nozal López, se creó en los últimos años de la década de los sesenta y primeros de los setenta del año pasado el Nuevo Pueblo de Castellar de la Frontera que justo hoy cumple sus primeros 50 años de vida desde que se "inaugurara" oficialmente por las correspondientes autoridades.

    Y ese día no faltó nadie; ni don Dionisio Ortega ni su hijo Paco Ortega que ya vestía ropa de Guardia Municipal por aquellos tiempos. Ni los Avileses, ni el cura del pueblo, ni el Padre Paco, ni Antonio Cruces, el Alcalde, ni el ministro del ramo. Ni unos vecinos ilusionados que deseaban mejorar su vida en unas buenas condiciones para aquellos duros años del final de la dictadura.

    Y llegó ese día. Tal 26 de Junio de 1972. Como justo este mismo 26. En el entonces Cine Municipal se entregaron las llaves de aquellos ilusionados chisparreros que comenzaron una vida nueva en un paraje repleto de soto al que habían allanado al mismo tiempo que habían puesto el correspondiente relleno desde la Avenida de las Adelfas arriba y abajo porque ese era el eje que cruzaba el pueblo nuevo, sin olvidar la barriada de La Almoraima que se completaba con decenas de vecinos; algunos de los cuales pasarían con los años también al nuevo pueblo.

    Cuatro alcaldes en democracia, con los que he tenido el placer de trabajar y de conocerlos de cerca, proyectos, inversiones, iniciativas y futuro en muchos concejales con los que coincidí en mis tareas de trabajador municipal en todos estos años. Y de cada uno de ellos también guardo un recuerdo, una anécdota y un momento.

    Porque es verdad que a final, 50 años no es nada. 50 años pasan casi volando cuando nos venimos a dar cuenta. Todo llega, todo pasa y muchas cosas se olvidan. Y hoy, los tres mil vecinos de Castellar de la Frontera y un servidor -chisparrero de adopción- apagamos las velas de un nuevo pueblo que crece y crece. Y al que queremos de verdad, sin enmiendas.

    Felicidades Castellar nuevo, Pueblo Nuevo o como lo quieran llamar. Enhorabuena por este recorrido y por estos años desde aquel lejano y cercano 1972. Al final, es verdad que 50 años no es nada!!.


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