martes, 12 de agosto de 2008

La Costa

Unos amigos me han invitado a pasear en barco y poder presenciar, una vez mas, la costa desde el mar, casi desde alta mar. Pude comprobar la calidad de la naturaleza, la fuerza del mar y las barbaridades que los hombres hacemos muchas veces a la misma orilla.

Desde Gibraltar hasta Marbella quedan pocos espacios libres y poco verde que no haya ocupado el brutal cemento desmedido. La mano del hombre debe ser mas serena, mas suave y mejor tratada con el entorno. Ese es uno de los legajos que debemos dejar a los que nos hereden.

Tenemos un litoral extraordinario, unas playas inmensas y un panorama muy agradable para todos si somos capaces de compaginar lo que queremos con lo que hay. Aun estamos a tiempo.

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