domingo, 11 de enero de 2009

Dos tragos amargos



Son los que son”. Son cuatro chavales que conozco desde hace años y que nacieron en las polvorientas calles de la ciudad de Jagüey, en el corazón de la provincia de Matanzas, en Cuba. Allí, desde hace años, enganchados a un micrófono, un teclado y poco mas, se empeñan en hacer la música mas especial entre los jovenes. Y no tan jóvenes.

En estas fiestas de fin de año, junto a su productor, representante y buen amigo, heredero de sangre española, Rodolfo Tamayo, le hemos escuchado en un “concierto familiar” en el que tengo que reconocer que, además de mis hijas, nosotros como padres también hemos disfrutado muchisimo. Otra vez hemos descubierto que la música no tiene edad ni tiempo.

Le cantan porque “son lo que son”, a la “Pelota” de Matanzas, a la vecina, a Polo Montañez, a... un sin fin de temas que son inventados y producidos por ellos mismos. En su segundo disco, tienen previsto incluir un tema que se titula “Dos tragos amargos”, en una clara alegoría a lo que han tenido que sufrir hasta llegar al principio del camino en el que sus jovenes vidas les ha llevado en estos tiempos.

Y yo les dije que, experto en eso de tomar tragos amargos, el camino les debe sonreir mucho.
Porque son el agua fresca de un estilo musical muy jóven y agradable, como nosotros. Porque aunque tengan las ataduras de un sistema para no poder viajar y actuar en sus conciertos, ni actuar en espectáculos oficiales en su propio país, son la alegría del barrio. Ese barrio tiene barras azules sobre el blanco del infinito y una estrella de la revolución sobre el rojo intenso. Y les vendrá bonita la vida.

Gracias porque nos hicieron pasar una tarde-noche deliciosa. Aunque tuviésemos que conducir casi 300 kilometros para verles. Mereció la pena, sin lugar a dudas. Que esa voz joven, alegre y sana que les empuja sea la voz de su propio pais para los años que nos quedan y que les quedan. Salud.

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