La Niña del Espigón

La conocí siendo un niño y ya peino canas. Pero sigue tan hermosa como siempre. Cuando aún yo vestía pantalones cortos y vivía en La Línea de sus amores y la ciudad de mi madre. Allá, en ese callejoncito de sus pasiones y con su arte siempre estaba y allí sigue. Como la musa que pintó Cruz Herrera a la que llamó un día La Niña del Espigón.

Con su linda melena de pelo brillante, con sus pasiones y su madre, ya mayor y que le falta desde hace años. Si yo hablaba y le contaba, ella me explicaba y yo le oía atentamente por horas y horas. Su “linensismo” impecable, su amor a las tradiciones, al arte, a las letras y a la pintura cruzó muchas veces el límite de La Línea para que trabajara de la mano de tantos y tantos artistas que le han reconocido su personalidad única y su sabor encantador.

Bely Moya Franco, mi querida Bely, ha sido recientemente nombrada Hija Predilecta de la Ciudad de La Línea de la Concepción. Magnífico acierto del Ayuntamiento linense en rendirle tributo a una señora que ha llevado el nombre de su ciudad por miles de rincones y que le tiene una pasión incalculable a su pueblo natal.

No pude estar, por otros compromisos contraídos con anterioridad, en el acto de su nombramiento como hubiera sido mi deseo. Por eso, le debía esta entrada en mi blog. Una entrada de felicitación y de orgullo.

Lo mismo que cuando era un chiquillo y la escuchaba atento sobre sus cientos de historias, Bely Moya sigue siendo hoy parte del paisaje de La Línea y esta ciudad hermana que se complace ya de tenerla entre sus Ilustres.

Me emociona y le mando el mas grande de los besos a la eterna musa del Pintor de la Calle Real, al de Marruecos y de la carta a Gómez Rubio. La señora de la de la mantilla, la pregonera y la del Gran Poder. Un beso a la que tanto quiso a su madre del alma y a mi me enseñó cosas de la vida que guardaré en un rincón de mi alma.

Un beso, señora. Que disfrute muchos años de su merecido título de honor.