La sanidad andaluza no pasa por buenos momentos. Lo vengo diciendo y escribiendo desde hace años. Con la llegada de Susana Díaz a la presidencia de la Junta de Andalucía parece que todo se agrava y que no termina de cuajarse como ella mismo viene pregonando en sus constantes discursos.
La pelea de la estabilidad profesional y laboral de sus miles de funcionarios sigue siendo una realidad que se manifiesta de modo patente en múltiples notas de prensa, denuncias profesionales y sindicales y constantes concentraciones en cualquiera de los centros de nuestra región.
Ahora, en las últimas semanas, la cabezonería por un modelo de unificación de centros hospitalarios y unión de administraciones en la coordinación de los centros hospitalarios de mas de media Andalucía ha hecho que cientos de miles de andaluces salgan a la calle en constantes manifestaciones que se tiene que estar tragando la Presidenta de los Andaluces.
Todo parece indicar que tanto uno como otro desacierto sanitario tiene que ver mas con los recortes y la mejoría en gastos de recursos públicos que en un buen funcionamiento de la sanidad de todos los recursos sanitarios como tales y, por supuesto, de una mejora en la calidad sanitaria que afectaría positivamente a los ciudadanos de la región mas grande de España.
Total, que lo que la señora Díaz viene pregonando y cuestionando desde hace años contra el gobierno de España, que tampoco tiene nombre, ahora es lo que ella está ejecutando y poniendo en marcha en nuestra tierra. En este territorio que se dice con "prioridades" en lo público de la salud, servicios sociales y educación, ella se está dedicando a pinchar el globo de la decencia. La decencia de lo que nos quedaba. Vivir para ver, que diría el otro.
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