Ahora. Ahora mi amigo, que ya los titulares acabaron, los reportajes de la tele se fueron y desapareció de su muro la brutal y triste foto del político comiendo contigo semanas antes de tu despedida a modo de promoción para las elecciones municipales de Mayo de 2023. Ahora que todos te hablan de ilustre y no descifraré nunca lo que hablé contigo en tu casa cuando yo te propuse nombrarte por el pleno como hijo predilecto. Ya que se fueron las flores, los libros de firmas y los lamentos -muchos ciertos, es verdad- por tu rápida desaparición física. Ahora te extraño mas.
Ahora que ya estás en las alturas de lo que sea, porque tu no creíste nunca en nada pero siempre respetaste y que puedo darte las gracias por el personaje de historieta que creaste con mi sobrenombre del que guardo con el mejor cariño del mundo un ejemplar.
Después de todo esto, de los aplausos infinitos y del amor de unos padres, del respeto de un hijo. Después de que aún no nos creemos que te has ido y de que faltó en esa despedida la voz eterna de JuanJo Téllez a quien si se que admirabas con tanto respeto. Después de todo eso, querido, gracias.
Gracias por haberte cruzado en mi camino y por haberme enseñado -desde el respeto a la discrepancia y a la vida como cada uno quiera vivirla- la soberanía del ser humano por encima de todos los supermanes del mundo mundial. La batalla acabó, se hizo el silencio. El respeto y la memoria. Y la vida, la otra vida que viene ahora. Beso, Carlitos.
(Fotografía de la página de FB Fans de Carlos Pacheco)
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