jueves, 9 de abril de 2009

El Varal

Llevo escribiendo sobre Semana Santa y, especialmente, la de mi pueblo desde hace unos 25 años. Le escribo cada año a Las Angustias -que es mi cofradía-, a la que me debo cada Miércoles Santo desde hace dos décadas.
He publicado libros y artículos referidos a nuestra Semana Mayor en varias ocasiones y así creo que seguiré hasta el final de mis días. Sin embargo, nunca he escrito nada de las sensaciones del Varal del paso un día después de cada año.Algo que este año me propongo, aunque sea suavemente...
Hombro cansado, suelo lleno de cera, túnica agotada, fajín maltrecho, cara cansada, miles de miradas, silencio en penitencia, olor a flores, lirios y verde, sabor mascado al viejo chicle que tanto y tanto dura... final feliz de una estación de penitencia de la que me enamoré siendo un chiquillo y de la que no logro arrancar mi corazón. Ella sabrá porque.

1 comentario:

Cíngulo dijo...

Quizá Sr. Ledesma, San Felipe cautiva a más de uno, cuando los rayos del Sol alcanzan el poniente y la incipiente Magna tornasolea en interesantes contraluces la magnifica imágen del Buena Muerte.
Quizá Sr. Ledesma, La Plata recoge con su almohadilla serena el andar cansado del costal.
Quizá Sr. Ledesma, Artillero pone oídos al cantar andaluz en Primavera.
Quizá Sr. Ledesma, el Atrio contempla sin descanso en mecido penitente de sus sanroqueños más queridos.
Quizá Sr. Ledesma, Visitación recoge en su seno su larga espera anual.
Aunque lejanos en los ideales podemos estar Usted y Yo cercanos en los sentimientos.
Un abrazo