domingo, 15 de agosto de 2010

Para Paco, ese amigo

El tiempo marca fechas y horas en el calendario que para nada son improvisadas. Tuvo que ser ayer, a primeras horas y en el mismo día de la Patrona de San Roque. El mismo día del santo de tu hija y con tu gente; tus hijos y nietos al lado. Tuvo que ser ayer, no había otro día.
Pero no estaré triste ni escribiré nada triste en estos momentos. Principalmente porque tu vida ha sido felicidad y a mí, como amigo y hermano del corazón, me has transmitido siempre felicidad y alegría. Por eso, estas cuatro letras solo serán de alegría y de felicidad.
La alegría que ha sido el que tú fueras la primera persona a la que entrevisté en mi vida, con apenas 15 años y cuando he hecho más de mil entrevistas en todos estos años. La alegría de haber conocido a tu buena mujer, Loli, que se me adoraba y a quien amabas con el alma. La alegría, Paco, de que me apoyaras en mis principios; en las letras, en el periodismo, en la televisión, en mi familia y mis amigos, en todo lo que tú sabes que he hecho -muchas veces a tu lado- como sanroqueño y enamorado de lo nuestro.
En decenas de viajes, con el teatro a cuestas, con la ilusión de tus hijos y tus nietos, que te han adorado siempre, con los cientos de amigos que he tenido el orgullo de conocer de tu mano, de tus manos sanroqueñas...

Felicidad en tu vida cuando has visto crecer y ascender a tus hijos, cuando has visto como sus hogares han crecido como la espuma, con el orgullo de una familia grande y unida que ha sido un ejemplo en tantas cosas.

Y tu pueblo, rendido siempre a tus pies; desde que te hicimos Hijo Predilecto de esta ciudad de Gibraltar, de tu feliz cumpleaños y emocionadas sorpresas, de tus años de Alcalde de la ciudad de Gibraltar en San Roque, de tantas anécdotas y páginas escritas en la noble historia de esta ciudad. De tu teatro, de tus baúles de disfraces, de las “casitas de los pobres” y de la Radio Campaña de Navidad de aquellos años que yo no conocí.

La felicidad y la alegría de tu sastrería, en cuyo taller tanto aprendimos de la mano de un maestro de telas que tanto nos ha enseñado a una nueva generación de sanroqueños que hoy te brindamos tributo.

Fuiste testigo a mi lado de historias tan emocionantes como Luís Ortega Brú, Manolo González Scott-Glendowing, el padre Caldela y sus homenajes, la marcha del Regimiento Pavía 19 y tantas y tantas cosas que serían imposible de recordar en estos temblorosos momentos.

Hablamos el viernes pasado, hace a penas 48 horas desde que escribo estas palabras. Estaba a tu lado en la cena de autoridades que nos ofreció Cepsa. Y hablamos de tantas cosas, como siempre..., de tantas cosas.

Aunque ya no podamos ir a cenar, como hacíamos habitualmente cada dos o tres meses, la última ronda la pagaste tu. Algo estaba fallando y no pensé en eso. El viernes pasado hablamos, con María Coronada de testigo, de ese viaje que nos queda pendiente. Lo habíamos dejado para el próximo año...

Uno nunca sabe cuando se irá, cuando nos llamará ese Padre en el que creemos los cristianos. Pero estate tranquilo, que aquí guardaremos tu memoria. Y tu, guárdame un sitio a tu lado para cuando “me llamen”. Tenemos pendiente un viaje, muchas cenas y miles de aventuras. No me falles, como siempre.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Cuántos amigos le salieron a Paquito Jiménez el día de su despedida! ¡Y cuántos de ellos hablaban de él a sus espaldas!

Quizás fuiste uno de los muy pocos en quien pudo confiar. Los demás aun se relamen en su hipocresía.

Saludos Don Francisco, mis respetos.

Anónimo dijo...

¿Por qué necesita alabar, anónimo, que otro fuera merecedor de la confianza de una determinada persona? ¿Por qué necesita remarcar y decir públicamente ese aspecto? ¿Quizá porque, como realmente no ha sido usted amigo de él ni esa persona a la que usted alaba uno de sus grandes amigos en vida, necesita pregonar a los cuatro vientos falsamente que así ha sido? Señor anónimo, quizá todos los que estaban, a lo mejor, eran más amigos que usted y que esa otra persona a la que usted alaba de Don Francisco, una de las personas más buenas que ha habido en San Roque en décadas.

Anónimo dijo...

Vigile su enfado, le deja en evidencia, segundo Anónimo.

Anónimo dijo...

Se equivoca, amigo tercer Anónimo, el evidenciado es el primer Anónimo (o usted, ¡quién sabe!), al "remarcar" nuevamente con su "tardía" respuesta el aspecto ya indicado más arriba. Es difícil que haya expresado mi "opinión" con irritación, sobre todo teniendo en cuenta que jamás me he enfadado con nada ni con nadie (puede que hasta me beatifiquen pronto), ni he conocido ni he tratado nunca con Don Francisco (sólo comunico lo que me han contado de la bondad de su persona).
Lo único que me da "pena" es que algunos se crean con la "exclusividad" de haber tenido la amistad de alguien (al final, como dice la Biblia, los últimos serán los primeros, Y ÉSTOS, LOS ÚLTIMOS), cuando ese alguien, y me consta que así ha sido, ha tenido infinidad de amigos más "verdaderos". Lo siento, pero así se lo han transmitido a esta servidora suya "amigos en los que puede confiar", pero NO SE ENFADE, ¿VALE? No se preocupe, a mí sí me puede tener como nueva amiga "en quien poder confiar", amigo "evidenciado".

Anónimo dijo...

>>>>>>ni he conocido ni he tratado nunca con Don Francisco.

Queda clara su postura entonces. No se entera de nada.

Agur.

Anónimo dijo...

Así es, quinto anónimo, o primero, o tercero... Que no lo haya conocido no implica que no esté "enterada" de TODO, por lo tanto mi postura sigue siendo CLARÍSIMA sobre sus ganas no logradas de "exclusividad", amigo. A usted no le digo adiós "con enfado manifiesto", a usted le digo: "Hasta luego". Porque tengo educación y porque quiero ser su amiga, ¿o no quiere?

Anónimo dijo...

Tendrá a bien disculparme, pero mis amigos los escojo yo, y nunca, bajo ningún concepto, son anónimos bloggeros.

Eso sí, por mas que crea entender, no se entera.

¿Despedirse con una palabra vasca es de mala educación?

¡Agur!...definitivamente.

P.D.:Qué manera más estultamente infantil tuvo de acabar su último comentario, aunque tampoco en los otros se quedó atrás.

Anónimo dijo...

¡Cuánto enfado sigue desprendiendo su gran mente o mentalidad! Seré mejor que usted de comportamiento, bueno, siempre lo estoy siendo, por eso voy para beata: No importa que sea una mujer anónima, si usted quiere, no me acepte como amiga, pero sigo ofreciéndole mi humilde compañerismo y le recuerdo que usted es también un anónimo, simpático, pero oculto.
Quizá no conozca el significado de mis palabras, hasta un "estulto infantil" como usted dice nuevamente, las comprendería, pero de todas formas el pueblo sí "se entera" de que alguien quiere atribuirse o apropiarse de la amistad "en exclusividad" de una persona, una actitud rechazable y un aspecto éste "evidente".
Hay muchas formas de decir las palabras, y usted, y es "evidente", destila su lenguaje, sea "agur" o sea lo que sea, con malicia. Sea más bondadoso, y no confunda actitud infantil con bondad, ¿o es que no se "entera" de la diferencia?
No se crea tampoco con la facultad de elegir a sus amigos, ¿o acaso sus amigos no lo eligen a usted? Bueno, habrá miles en San Roque que no lo quieran elegir, jeje.
Hasta luego, amigo, dentro de su incapacidad para hacer daño a una mosca, me cae bien.

Antonio (zayasub) dijo...

Buen artículo.
He disfrutado leyéndolo.
Gracias.
Antonio López