domingo, 6 de abril de 2014

Abrázame Dignidad

El despertador ha sonado mas temprano de lo habitual... no mucho mas porque hace muchos años que aprendí a levantarme con el día, aún de noche. Camino del trabajo escucho la radio y a la vez medito sobre tantos años dedicados a la cosa pública.
Desde aquel agosto del 95 que ya publicamos en "Para no Olvidar" donde creamos un partido para que la gestión no estuviera en las manos de los de siempre hasta nuestros días ha llovido mucho e intenso.
Cuestiones o motivos aparte, que eso es de otro cantar; ya uno solo quiere descansar por el momento de tanta intensidad y de tan pocas horas de sueño por tantos problemas.
Aquellos que, en política o en cualquier circunstancia, se llevan a casa los problemas son los que de verdad luchan por solucionar los atropellos de esta difícil sociedad. Yo me los llevé muchas veces y lo digo a los cuatro vientos. Me dolió siempre la señora que no tenía para pagar la bombona o la luz de ese mes, el padre de familia que llevaba cuatro meses sin cobrar ni el paro y la parejita que quería una casa para crear su nuevo nido y lo tenían súper difícil... siempre me han dolido las injusticias y el desamor. Por eso ahora, camino de mi trabajo, se que soy un afortunado. Con un puesto en mi empresa pública desde el año 1991, con responsabilidad y gratitud hacia quienes debo servir; los ciudadanos.
Y digo, dignidad, que quiero que me abraces, si puede ser. Porque al margen de una alcalducho chulesco, un director de periódico fanático y enfermo y una plumilla despiadada, mi conciencia vuela con la aurora de la mañana conmigo y los míos.
De la decencia y la honestidad nadie me tiene que dar clases ni ejemplo. Yo mismo me surto, como me surto de la sangre que corren mis venas desde que mi madre me parió.
Abrázame fuerte, fuerte. Y no me dejes ser débil ante los prepotentes, los incendiarios y los pederastas de la verdad. A ella que no la prostituyan y a mi que me abraces hasta el último suspiro de mi vida.

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