Fue a medio día, en la misma puerta del Gran teatro Falla y rodeado de los de siempre, la familia, los amigos, los aficionados... la nueva Estrella tan cerquita a la escalinata de la Facultad donde cantara Caleta ya es una realidad con el apellido de eso de... "Cadiz a Don Antonio Martín...". Para la eternidad, esas cosas son para la eternidad.
Se respiraba emoción desde primeras horas de la mañana. La manzanilla del Bar Duca, en la mismita esquina del Falla no lograba quitar el frío de la brisa gaditana que solo se suavizaba con los rayos de sol que se dejaban caer en la misma Plaza Flagela desde temprana hora. Y llegó la hora...
Con el protocolo adecuado y con un silencio casi eterno se descubrió una placa de bronce circular con una estrella de cinco puntas y un verso enorme "...que el gaditano se muere si deja de cantar, pero cantando defiende el pan, su libertad y su vida...". Encaje de bolillos de copla de aquel Encajebolillos gaditano que rompiera el alma a tantos buenos aficionados. De caramelo, de puro caramelo.
Allí estaban todos. No faltó nadie, reinaba en el ambiente Paco Alba y la cruz Verde, Martina, sus padres, Pedro Romero y Enrique Villegas. Tantos y tantos personajes que han sido protagonistas de las mas de mil coplas que Antonio ha escrito a lo largo de sus 50 años de Carnaval gaditano.
Y yo, muy cerquita de Antonio, como amigo de tantos años "...que tu eres uno mas de la familia, Jose", que me dice de vez en cuando, disfruté emocionado de un momentazo de esos que te quedan en el alma hasta el final de tus días.
Me alegro. Por Antonio, por su gente, por su familia, por sus padres y por Cai. Me alegro por aquella voz que sonó este sábado entre el gentío "...Antonio, no te mueras nunca". Me alegro que tenga una estrella de quien cientos de coplas inundan los versos del poeta mas laureado del Carnaval gaditano. Me alegro, Maestro. Ahora, vamos a por el 2016.
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