El habla es, indiscutiblemente, el paladar del ser humano. Muy especialmente en las comunicaciones. Hablar significa mucho para la raza humana, para las generaciones que pasaron y para las que vendrán. La comunicacion entre los seres es fundamental para todo en esta vida. Hablar siempre. Incluso, hablar por hablar.
Siempre he dicho entre quienes me conocen que cuando llega la Navidad, todos somos Navidad. Buenos deseos, hablamos de las fiestas, de sus incidencias, de su repercución, etc. Cuando llegan las fiestas de carnaval todos sabemos de coros, comparsas y chirigotas y todos entendemos de afinaciones, tenores y repertorios.
Cuando estamos en Semana Santa nuestras conversaciones versan sobre los tronos, pasos, enseres, amores internos y pasiones de mil estilos. Todo eso es normal y aceptable en el transcurrir de los meses del año. Cuando es feria solo nos interesa hablas de las ferias, de las casetas y de las deseadas diversiones que todos queremos.
Cuando llegan algunas elecciones todos sabemos de todo. Todos hablamos de votos, candidatos, listas, programa, promesas cumplidas y no cumplidas, intenciones de votos y mil cosas cosas mas. Sucede que muchas veces, muchas, los seres humanos hablamos por hablar. Todo tan respetable como lo mas, pero hablar por hablar.
Muchas veces es mejor estar callado y escuchar mas. De todos y de todo, incluido de la política que emerge por estas fechas.
Pero en estas fechas toca lo que toca. Así que todos tenemos que hablar. Aunque sea por hablar.
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