miércoles, 20 de abril de 2016

De Ortega Bru (V)

La vida de Luís Ortega Brú fue una mezcla de sabores y de sentimientos. Seguro que mi buen amigo y admirado Cronista Oficial de San Roque Antonio Pérez Girón, lo sabrá exponer magistralmente en el libro que publica este próximo viernes en la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de San Roque sobre su existencia.
 
       Los sabores tristes fueron la propia guerra civil española, la muerte trágica de sus padres, las persecuciones que el mismo sufrió y los dolores de la familia que le atormentaron durante casi todos los días de su existencia...
 
       Los sabores buenos fueron el triunfo, el éxito de su carrera, la genialidad de sus manos, las condecoraciones y el éxito que alcanzó en sus piezas, especialmente en las mas populares que son las que reciben el culto religioso y el fervor cada Semana santa por las calles de muchos pueblos y ciudades de España...
 
       Su obra quedó siempre para ser eterna y creo, honestamente, que con la puesta en marcha del Museo Ortega Brú que inauguramos con las piezas que conseguimos en Madrid, se consagra su persona y su genialidad en este centenario de su nacimiento.
 
      Cuando pusimos en marcha el Museo Ortega Bru, el propio Manolo González Scott-Glendowyng me mostró su inquietud por la posibilidad de que una parte de la familia pudiera poner "palos en el camino", con el interés de querer rentabilizar de algún modo la obra y las piezas de Ortega Brú. No se equivocó. Mas sabe el diablo por viejo que por diablo.
 
     Estoy absolutamente convencido de que hicimos bien. Y lo hicimos, además, legalmente. Recibimos y gestionamos en favor de lo público y de la historia de este pueblo sanroqueño que camina en la loma a unos pocos kilómetros de donde reside Gibraltar...
 
      Otro día seguiré con mas...

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