La situación política de bloqueo en este país ya empieza a escribir sus primeras líneas en el libro de la historia de España. Lo que nos está pasando a los españoles pasa directamente de castaño a negro.
Nadie entiende que casi 20 días después de una segundas elecciones generales nadie tenga claro qué sucederá y qué decidirán los partidos políticos del país, especialmente los partidos constitucionalistas. O, al menos, los que siempre han presumido de ser constitucionalistas.
Nadie quería unas terceras elecciones generales. Todos los líderes y candidatos manifestaron por activa y por pasiva en la segunda campaña electoral que no habría de ningún modo unas terceras elecciones generales. Pues así y todo parece que cada día toma mas fuerza esa posibilidad. Por cierto, el ridículo mundial que haríamos los españoles sería monumental.
Es cierto que tendrán que ceder todos si se quieren llegar a acuerdos. Acuerdos claros y concretos. Con fechas en el calendario, con propuestas firmes de enmiendas y resoluciones firmes, incluidas las que supongan tener que desaprobar algo que se aprobó. Pero mantener este clima de ansiedad y de desespero de muchos españoles y de los inversores y los ciudadanos en general es de locos.
Salvo que haya una marcada y finísima estrategia política de unos y otros – que al final se descubrirá de cualquier forma- lo terrible de esto es que tengamos que ir a votar los ciudadanos en unos meses por lo mismo que votamos el 26 de junio. Y parece que no habrá mas remedio. Lo veremos.
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