viernes, 1 de diciembre de 2017

El Borracho

Se bebía y se sigue bebiendo hasta el agua de los cubos de fregar, como decimos en estos bajos peninsulares con un frio que te pelas a principios de diciembre. Hablar y charlar, charlar y hablar, muchas veces sin sentido y otras sin razón. Porque la razón es de los fuertes, de los decentes y de los coherentes. Siempre han existido borrachos de flor en piel que no han tenido ni la más mínima pisca de razón en su vida. Pero ellos se siguen creyendo los reyes de la verdad merced a ese aroma que deja en el paladar el buen vino del que abusan. Ya pagará el inglés el vino que se bebió. La vida no deja de cobrar la factura de lo que hacemos. Y lo que decimos.

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