viernes, 5 de abril de 2019

Mi Amigo Eduardo

Lo conocí cuando ocupó su cargo desde los primeros días, siendo yo un chaval y el un profesor de EGB, cuando se hizo cargo de la responsabilidad de la Alcaldía de la ciudad de Gibraltar en San Roque. Tuve la oportunidad de empezar casi mis primeros pasos laborales en la vida, como le dije en broma, a sus órdenes; "... a mis órdenes no, a las órdenes del pueblo de San Roque", me respondió. Y así fue.

Fue el primer Alcalde de la democracia en San Roque en un "traspaso de poderes" casi ejemplar entre el y el siempre recordado Paco Jiménez. Se encontró con un pueblo en el que se había avanzado mucho en la segunda mitad del siglo XX pero al que le faltaba mucha infraestructura sobre todo por la explosión demográfica y la cantidad de núcleos que crecían en todo el término municipal; Guadiario, Estación, Taraguilla, Campamento, Casco...

Hasta que nos hicimos amigos, bastante amigos. Hablamos un millar de veces sobre cosas de su tiempo, del mio y del de los dos. Y  casi siempre hemos coincidido o hemos respetado escrupulosamente la opinión del otro, aún siendo de dos generaciones distintas.

Junto a su amada Paqui Monroy (y mi queridísima amiga también), dieron mucha dignidad a la Alcaldía en los primeros y difíciles pasos de la democracia española en San Roque, prometiendo que solo estaría 8 años en la responsabilidad del gobierno local. Y así lo cumplió. En 1987 cogió la puerta y se fue tal y como había prometido. 

Pero antes, había puesto en marcha los cursos universitarios de verano en San Roque, los talleres de la Universidad Popular, varios cientos de viviendas sociales, enterró unos pocos de cientos de millones de pesetas de la época en inversiones, canalizaciones, acerados, calles y bordillos que no existían y le dio dignidad a la cosa de representar a su pueblo frente a Gibraltar, España y la vida.

Precisamente sus compromisos oficiales sobre Gibraltar y la implantación de los Cursos de Verano en San Roque le hicieron codearse con una cantidad enorme de políticos e intelectuales de su tiempo que hoy son en buena parte historia de nuestro país, muchos aun viven.

Eduardo López luego no tuvo suerte -lo hemos hablado mil veces mas- en su continuidad política pese a su "cercanía" con el todopoderoso Manolo Chaves de los socialistas andaluces.

En estos días se cumplen 40 años de su toma de posesión, de su toma del bastón de la Alcaldía que con tanta dignidad llevó y sigue llevando, pese al paso de los años.

Y este gesto -muy importante, sin lugar a dudas- ha pasado casi desapercibido en mi pueblo y en el suyo. Desde el mismo San Roque en el que iba en bicicleta a La Línea para estudiar y luego ser  el Alcalde de su ciudad.

Algo que le llevará en la honra toda su vida, que espero siga siendo mucha por delante. Y yo le seguiré llevando en la honra de ser un buen amigo. Aunque lo vea menos de lo que yo quisiera. (Foto Sanrópolis)

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