lunes, 3 de mayo de 2010

Y yo también

La voz tosca de esa mujer siempre se caracterizó en su carácter y en la rotundidad de sus afirmaciones. Eso marcó desde pequeña su forma de pensar y de afirmar cosas que se le presentaban ante sus propias narices. Narices que le “tocaron” en mas de una ocasión. Y aún opinando contra cualquier tipo de violencia, la verdad es que pudiera ser que fuera que en alguna ocasión le tocaran con razón las narices porque ella las tocó también sin razón en mas de una ocasión.

La cuestión es que yo sigo siendo el mismo de siempre. Aquel niño que corría entre los montones de arena y buscaba conchas por la orilla del mar, de cualquier mar. Yo sigo ayudando a quien puedo y debo por aquello de que enseñé a muchos lo de la “buena acción diaria” y sigo soñando tanto que a veces, lo reconozco, pierdo el sentido de la realidad mas cercana. No me importa reconocerlo pero también pienso que si no tenemos sueños, la muerte nos acecha a la vuelta de esta cercana esquina.

Por eso,yo también sigo “siendo aquel”, aquel “aquel” de Raphael que tanto dice y que tanto sueña la vez.

Con el mismo texto, sin quitar un punto ni un acento. Desde el principio hasta el final, “yo sigo siendo aquel”. En el día dos de mayo, uno después del primero y en el que tantas rosas blancas hoy se ponen en un jarrón.

Yo también sigo siendo aquel. El mismo.

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