martes, 2 de agosto de 2011

La tinta del Calamar

No me creo muchas de las cosas que leo, escucho y veo. Desde hace años llevo en mi bolsillo esa frase peculiar: “...de todo lo que lo que te dijeren nada te creyeres y de lo que vieres, solo la mitad”. Ni a nivel nacional ni local, me creo muy poco de lo que veo. Por eso, cuando alguien me habla o me escribe, aunque sea por capítulos, no me creo nada. Yo si que no me creo nada.

Hay una táctica que ahora han puesto en marcha algunos elementos y que confían en que le va a salir bien. Yo creo que no. Podría ser algo así como “la política del calamar”. Esto es, expulsa tinta, cuanto mas negra mejor e intenta disimular lo que hay de verdad, intentan defenderse confundiendo al respetable y hacer lo que aquí llamamos también como “marear la perdiz”.


La tinta del calamar ya se comercializa en muchos mercados, incluso internacionales. Y, al parecer, está bastante bien cotizada. Ya no vale expulsarla como excremento o elemento distorsionador. Ahora hay que dar la cara con la realidad de lo que tenemos delante. La tinta del calamar se le puede atragantar al mismo calamar y puede que le nuble la vista y hasta la conciencia. Si es que le queda, porque el corazón ya lo perdió hace tiempo.

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