El Primero de Mayo es tradicionalmente el día del trabajador, del obrero. Y este año me parece a mi que la cosa pinta como para reclamar la justicia que, de verdad, se viene necesitando en un sector tan importante de la sociedad española.
No puede ser, sinceramente, que los menos protegidos, los mas débiles sigan pagando el pato de los errores históricos que han venido moviendo la sociedad en los últimos tiempos, sea la culpa de quien sea y responsables quienes hayan sido.
Por eso, hoy estoy al lado de los trabajadores -como yo-, al lado de los inmigrantes que verán la pérdida de sus valores mas primarios, al lado de los obreros de la mar que ven como sus aguas se afean cada vez mas, al lado de los agricultores que siguen perdiendo sus cosechas, al lado de los trabajadores de la construcción que perdieron el sueño europeo del maldito ladrillo mal usado, al lado de los miles de españoles que cada día hace cola en la misma puerta del Inem sin una esperanza ni una salida, al lado del padre que ya no sabe donde escarbar para poner un plato caliente cada día a sus hijos, al lado de la maltratada que no encuentra salida profesional, al lado de los jóvenes que acaban la carrera y no paran de pensar en el pasaporte para buscarse la vida, al lado de los currantes de la hostelería que tienen mal presagio de lo que viene, al lado de los que ya no tienen...
Obrero, trabajador, gente de bien que merece una atención que no le llega, ni que aparece. Este Primero de Mayo estoy al lado de los que la están pasando canutas, obreros sin mas.
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