miércoles, 23 de octubre de 2013

El Viejo Cine de Ocaña

La película siempre empezaba a las 10 en punto de la noche. Salvo los días que se retrasaba la cinta o surgía un problema o imprevisto. Así fue durante muchos, muchos años. Un cine en Puente Mayorga, otro en la Estación de San Roque y el tercero en la Alameda de San Roque, donde hoy se destina el edificio del mismo nombre. Eran los cines de Ocaña, un empresario novedoso que se dedicó -entre otras cuestiones- a promocionar el cine en algunas décadas de la mitad del siglo pasado.
Una lagartija se cruzaba en medio de la pantalla enorme del cine de verano en medio de una película del oeste o con una de romanos -tal cual cantaba Sabina en su canción- se sonrojaba la niña de enfrente por esos "avances" de su amado y querido novio, con el que hacía poco había comenzado a salir. Eran años dorado del cine, los actores y actrices y la gran pantalla.
Mucho ha llovido desde entonces aunque a muchos de nosotros no se nos ha marchado la afición por el cine. De ahí que aquel Cine de Ocaña hoy regrese a mi memoria.
Por iniciativa de ellos mismos, en este fin de semana se ha puesto en marcha en numerosos cines la propuesta de acudir a las salas a un precio especial. Y la demanda de butacas de patio ha sido abrumadora. Colas y colas de ciudadanos para ver las mejores proyecciones en las mejores salas.
No me parece bien para nada la bestial subida del IVA cultural que proyectó el gobierno en su momento y eso ya lo dije. Para nada. Pero también es verdad que el cine ha subido bestialmente en los últimos años con unos precios elevados que no permiten que uno pueda acudir con la familia al cine como quisiera. 
Posiblemente los precios sean los que tienen que ser (aunque me temo que los empresarios habrán cargado sus tintas en las tarifas), pero también es verdad que una familia normalita considera prohibitivo eso de ir cada domingo al cine. Al viejo cine de Ocaña.
Por eso, me he alegrado tanto al ver el éxito arrollador de la nueva convocatoria económica de cine. No estamos tan equivocados los que lamentamos los precios de las entradas, los refrescos, las palomitas y no se que mas en las tardes de los domingos. 
Se trata de incentivar a los usuarios, del modo que sea. Y está claro que la gente quiere mejores precios para ver la peli de la semana. Hay que reinventarse y ganar menos en una entrada para ganar mas en la venta.
El viejo truco del vendedor que inventara el formidable empresario Ocaña, con sus pantallas hace tantos años, en aquellos legendarios cines de verano.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hace unos 9 o 10 años iba yo al cine del "Pryca" de La Línea, donde con 500 pesetas (3€) pagabas autobús, palomitas y entrada. Hoy en día con esos 3 euros no pagas ni la mitad de la entrada, ni la mitad de las palomitas y te llega para el autobús por poco.
Los precios han ido subiendo cada año de una forma espectacular, abrumadora. Cada vez costaba más ir al cine. Lo del 21% de IVA es de ahora, yo hablo de mucho antes.
Casi a 8 euros la entrada muy pocas personas puedan permitirse ir al cine ahora. Y se te pides unas palomitas con Coca Cola añade otros 8 euros más. Con lo que antes hacías con 3 euros, ahora necesitas 20 para empezar.
Yo cobro 1.000 euros al mes. Hace 10 ó 12 años mi padre cobraba 200 euros más que yo, teniendo la misma categoría laboral digamos.

Algo falla aquí. El cine está como está porque quienes lo dirigen así lo quieren.