domingo, 6 de julio de 2014

La Pereza

Todos los años por estas fechas sucede igual. Atrás queda el intenso otoño-invierno que dio paso a las flores de la primavera y la ilusión, casi a la llegada del Carmen, con la intensidad del estío.
Atrás queda las indiferencias humanas que tanto daño quieren hacer pero que solo arañan la dimensión real del ser humano en sus bajos instintos.
Se fueron ya las batallas de un Regidor, no perpetuo, que espero dure menos que mas y que tanto daño está haciendo a mi gente y mi pueblo.
Por ahí quedó en el camino polvorones, roscos y manzanilla de disfrute fresco en un atardecer que nunca nadie jamás supo disfrutar.
Se lanzó al mar la  intensidad de debates inútiles sobre quienes no echaremos nunca en falta ni ahora, ni antes, ni mañana.
A veces se llega a pensar que, incluso, habrá quienes se acuerden de ti cuando vean las bravuconerias de otros que les prometen, les dan y luego les quitan.
La pereza es una realidad en el ser humano. De ahí que a veces uno tenga pocas ganas de sentarse frente al ordenador y clasificar tres palabras. Ahora son otros tiempos. Pero todo vuelve, todo gira, como la noria de la vida...

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