Nacho Falgueras se ha ido esta mañana. A un campo sin amapolas y con rosas fragantes y perfumadas para seguir su tarea de genial imaginero y escultor de la vida.
También lo conocí siendo un chaval y desde entonces la relación con el ha sido estupenda. Muchas horas de diálogo y de pensamientos conjuntos hicieron de su taller nuestra memoria viva de sus personajes, de sus trabajos y magníficas esculturas, muchas de ellas iniciativas de los dos.
Y desde hace seis años ha estado luchando con ese bicho raro y maldito que de vez en cuando nos toca y nos salpica con tanta mala fe. No ha logrado superar esta difícil etapa que le ha llevado ya, desde hoy, a la gloria de los grandes, de los que brillan como los propios personajes que modeló.
El Ayuntameinto de La Línea de la Concepción le nombró hace poco Hijo Adoptivo de la Ciudad con un muy buen criterio por tener entre sus paisanos a un ilustre de la imaginería.
Hizo cosas en San Roque y en Castellar que se le encomendó. Pero su trayectoria ha sido larga y prolifera por decenas de espacios y rincones donde ha dejado una huella que no combatirá ni el agua ni el viento.
El viento que ya sopla sobre su mejilla y sus manos para seguir modelando en el territorio que ahora ocupa. Amigo y amigo, hasta siempre. Nos veremos un día de estos. Te seguimos llevando en el corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario