Gamberradas

Mi amigo Fernando y yo hablábamos ayer sobre la aparición de ciertas pintadas en el casco histórico de nuestra ciudad de muy mal estilo y, además, consideradas como auténticos atentados contra el patrimonio; pintadas en las puertas del Edificio Principal de la Casa Consistorial, fachada del Palacio de los Gobernadores, pintadas en las piedras de los muros de contención del Recinto Ferial de El Ejido, fachada de la Oficina de Urbanismo y otras perlas del casco histórico de la ciudad. Una auténtica gamberrada.

Mis amigos y admirados ecologistas de Verdemar-Ecologistas en Acción de San Roque llevan semanas defendiendo la tesis de que la nueva autovía que debe cruzar el Campo de Gibraltar y que parece que casi todo el mundo coincide como vital para la zona, no debe pasar por el Pinar del Rey, un lugar de prestancia ecológica y medioambiental que nadie está de acuerdo en tocar ni un ápice.

Y seguimos coincidiendo Fernando y yo que estas gamberradas de pintadas que no son mas que un atentado a nuestro medio, un ataque a nuestro entorno, un mal gusto al patrimonio histórico y mucho mas; no pueden tener nada que ver con los amigos ecologistas. Ni mucho menos.

Existen demasiados medios en nuestra sociedad para transmitir una sensación de rechazo o una oposición a un proyecto como para hacer estas auténticas guarradas que solo reciben rechazo y poco apoyo a una causa. Tenemos Internet y el Ciber-espacio que hoy por hoy es inmenso, tenemos a los medios de comunicación que proliferan con este tipo de noticias, tenemos a los partidos políticos, la democracia, la libertad de opinión, los panfletos, las pancartas, las manifestaciones, las meriendas, las huelgas, los sms y hasta los plenos municipales. Tenemos una amplia libertad que no justifica gamberradas de tamaño tan descomunal como un atentado a edificios históricos y emblemáticos de nuestra ciudad.

Nada justifica querer mas a un hijo que a otro para unos padres. No puedo defender el medio ambiente y atentar contra el medio histórico, no puedo defender apoyar un árbol y quemar un monumento.

Fernando y yo coincidimos en que esto solo puede tener varias lógicas; que en el entorno de los defensores de esta tesis existe un terrorista camuflado, un integrista descontrolado que está echando a peder la elegante y contundente campaña de los ecologistas en acción, un particular propietario de alguna finca por la que supuestamente pueda pasar la autovía y que sepa que al precio que le pagarán la expropiación es muy barato y pida mas o un separatista que entiende que con nuevas vías de comunicación como esta, la comarca se desarrolla mucho mas y no quiere el progreso.

Conozco desde hace años a Antonio, Ana, Laura, Felipe, Bartolo y muchos de los componentes de Verdemar. Les he apoyado en casi el 100 % de sus reivindicaciones. Se de cuanto han aportado a la lucha medioambiental y su constante trabajo que generaciones venideras le sabrán agradecer mejor que nosotros. Les apoyaría de nuevo para otra medalla de oro de la ciudad o para nombrar a un hijo Predilecto o Adoptivo. Y todo eso porque estoy seguro de que ellos no tienen nada que ver con la gamberrada y la cochinada de unos pintadas que, hoy por hoy, solo consiguen que el asunto que defienden tenga mas rechazo que hace una semana.