domingo, 29 de marzo de 2009

De Condones

Su Santidad ha hablado en tierras africanas sobre la prácticamente nula tarea de los preservativos en la lucha contra el Sida como una de las mas graves enfermedades de estos tiempos que nos tocan.

Y yo, cristiano y costalero, en estas fechas cercanas de la Semana Santa en la que nos encontramos. Respetuoso con lo que nos toca y sobre lo que otros puedan opinar, pese a ser el mantenedor de los pasos de Cristo en la tierra, Su Santidad, creo que se equivoca.

He dejado pasar unos días desde el revuelo que se ha formado en medio mundo por estas declaraciones y solo he escuchado una aclaración diciendo que se han “malinterpretado” sus palabras y poco mas.

La realidad de las miles de muertes al año en África a causa del Sida es una tormenta del desierto que no cesa, un río enorme en el que sucumben miles de vidas cada mes y que tristemente solo se convierte en números fríos y terribles estadísticas para el resto de la humanidad. Que duro, tío.

Con mis respetos, Santidad, con mi humilde voz de cristiano y ante estos días que vemos a nuestro Cristo por la calle llevando su Cruz... discúlpeme, pero difiero hoy de su discurso. De su predicamento.
Está científicamente comprobado y no hay la menor duda sobre los resultados profilácticos. Discúlpeme, Santidad, hoy me quedo con la cruz de los que no pueden siquiera tener una esperanza de vida porque alguien no se puso un simple condón.

1 comentario:

Petronio dijo...

El sincretísmo secular del que han hecho gala los católicos, y que ha sido admitida por la cúpula eclesiástica con tal de no perder clientela se pone de manifiesto una vez más.

Una religión en la que el dogma se modifica a golpes de tradición y mayoritarismo....como si el relojero del cosmos que ocupa el ápice superior de la cúpula...tuviese la obligación de cambiar sus designios por exigencia de sus creaciones.

La base de la creencia católica es el instar a la prevaricación. Los caminos del señor ya no deben ser inescrutables....deben ser los que los creyentes dicten.

¿Tan difícil es seguir los dictados de Freud y matar al padre?

(A ver cuanto tardan en aparecer los lugares comunes....)