Después de unas elecciones donde parece que no lo fueron, de una huelga con todo tipo de sabores, ajustes económicos y unas pocas de cosas mas, entramos en el Viernes de Dolores. Previo a un Domingo de Ramos y una Semana de Pasión que se nos presenta también con nubarrones porque no tenemos claro que caigan o no dos gotas.
Así gira la noria de nuestra vida cada año. Las fechas, los ciclos y los meses del calendario nos van dando la llegada de los acontecimientos que van rodeando nuestra vida.
Este Viernes de Dolores es, sencillamente, como una nueva etapa que cruzamos, una nueva meta a la que llegamos y un nuevo día del mes con el que nos encontramos.
La semana que nos embriaga de suspiros, de cera y esencias, de calor popular y tronos en las calles está pidiendo permiso para estar a nuestro lado. Dejémosla entrar, ya veremos que pasa.
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