Eran las 5 de la tarde de un día cualquiera, da igual que fuera entre semana o sábado o domingo, para el objeto y destino, todo es igual.
La señora limpiadora, que lleva muchos años al frente del servicio, del que se siente orgullosa y que suspira porque los jefes están satisfechos de la tarea, acabó su trabajo y se marchó. Nada mas salir por la puerta se encontró con la encargada de suministro de materiales de su trabajo y le pidió que le trajese una nueva fregona, un nuevo cubo, palo y estopa con la que realizar las tareas cotidianas porque la que tenía estaba ya que la pobre no aguantaba mas.
La jefa le dijo que no se preocupara que allí tendría una nueva fregona completa con todos sus ingredientes para que siguiera realizando el buen trabajo de cada día sin demora.
Al salir del edificio, la encargada recogió un nuevo set completo del ilustre instrumento que ya en su día diera título hasta el mismísimo Cervantes y se lo dejó en la esquina del salón primero para que la trabajadora tuviera un brillante equipo desde mañana.
Al día siguiente, a las 3 de la tarde estaban en la puerta. No faltaba ni uno; a la cabeza Loli, la amiga de las redes sociales. Le acompañaban Pepe, Ana María y Pilar. La cinta estaba preparada y las tijeras la trajeron en un momento.
Quedó inaugurada la fregona, el palo, el cubo y hasta el escurridor. Mañana será otro día y ya inventaremos otra inauguración. Cada uno guardó un trocito de lazo, eso que no se nos olvide.
Que luego le enseño a mi mamá cuantas inauguraciones llevo este mes!!
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