jueves, 4 de diciembre de 2014

Aquel 4 de Diciembre

     Fue en el 77, año de gritos, pancartas y petición de libertad. Yo casi no tenía los 14 años y en el Gran Teatro Falla la gente de Raza Mora cantaba poco después un pasodoble antológico que ha quedado en la memoria colectiva de los repertorios.

     Un Presidente de Diputación que no quiso ondear la bandera andaluza en el mástil del balcón y un montón de gente en la calle pidiendo mas autonomía para los andaluces de bien. Los de cascos, monos y botas de obreros.

     Ese 4 de Diciembre la calle salió a la calle y se reclamaba una libertad que nos habían robado durante casi 40 años. Pero por la vía de las comunidades históricas, la buena, la de verdad.

     Hasta que llegó esa bala que nunca la historia no ha sabido descubrir de dónde vino y que acabó con una vida tan joven como esperanzadora en esa Málaga La Bella mientras en la práctica totalidad de las capitales y grandes ciudades de Andalucía el grito de mas de 2 millones de andaluces clamaba a un gobierno que tuvo que aceptar la claridad de un estatus que era de justicia.

     La historia ha continuado luego con ambigüedades sobre los acontecimientos que pasaron en aquella maldita esquina tan cercana a Larios y la Alameda malagueña. Hasta que el pasado año la propia Junta de Andalucía -después de mas de 35 años, eso si- reconoció al propio García Caparrós como Hijo Predilecto de Andalucía.

     Hasta entonces, una triste y maltrecha placa, con falta de ortografía incluida, era casi el único testamento público hacia un joven sindicalista que no hacía mas que gritar libertad para su pueblo.

     Fue aquel 4 de Diciembre que nos sigue poniendo los pelos de punta y para el que pidió el también malagueño Antonio Banderas permiso a la familia de Manuel para volver a salir a la calle y pedir por una nueva política en nuestra Comunidad que quite del panorama a los que siguen traicionando a nuestra tierra. Tienen nombres y apellidos y los conocemos. Siguen traicionando a nuestra tierra como los que traicionaron aquella fresca mañana de diciembre quitándole la vida a un andaluz universal que merece mas que una placa a la que los gamberros han atacado ya tantas veces.

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